Mi propio Padre me hizo Maricón! - Relatos Eróticos

Mi propio Padre me hizo Maricón!

... lo vi fijamente a los ojos y no sentí vergüenza, me sentí seguro y en confianza.

- Y ahora dime hijo, ¿qué te parece mi verga? —Y señaló con su mirada nuevamente su entrepierna. Yo la seguí y observé su miembro viril completamente erecto, grande, grueso y con todas las venas brotadas alrededor del mismo.
- ¡¡JODER PAPÁ!! —Exclamé genuinamente sorprendido y solté sus macizos huevos- ¡Qué pedazo de verga te cargas! ¡Pero si es ENORME!

Mi padre soltó una carcajada y luego tomó su verga por la velluda base, y de esa forma la comenzó a sacudir y golpearla contra su panza. El miembro de mi papá debía medir unos 25cm; ya que le sobrepasaba por mucho la altura del ombligo, es más, casi le llegaba al pecho, que yo me quedé con la boca abierta.

- Sabes, tu madre nunca me la pudo aguantar. Al menos no toda… A decir verdad pocas mujeres pueden con toda mi verga.
- Pues claro papá, no me extraña. Si es que es un monstruo…
- ¿Quieres sentirla? —Y la soltó, de manera que aquel tremendo pedazo de carne y venas cayó pesado sobre su peluda panza.

Tragué nuevamente en seco y con mi mano derecha se la sujeté por la base y luego la agarré con la izquierda de más arriba. Ahí me di cuenta que no se la abarcaba ni con mis dos manos; me faltaría una mano extra para poder cubrirle la punta. Yo estaba alucinado con la impresionante masculinidad de mi padre, que sin darme cuenta le estaba masturbando la verga. Lentamente le bajaba el prepucio y dejaba al descubierto el amoratado ...

... glande; del cual ya empezaba a emanar mucho líquido seminal. Aquellas gotas brillaban al salir y luego deslizaban por su verga y mis manos, a medida le escurrían más, una tras de la otra. Me giré y vi como mi padre recibía mis caricias con los ojos cerrados, soltando gemidos por lo bajo; mientras se acariciaba los pelos de su panza y pecho, y comenzaba a estrujarse sus velludos y carnoso pezones. Así me di cuenta que mi papá estaba excitado por lo que yo le estaba haciendo y la verdad es que eso me puso más caliente todavía. Todo eso se sentía muy raro; pues nunca antes yo había pensado que hacerle eso a otro hombre me gustaría y mucho menos a mi padre.
- ¿Qué esperas para mamármela? —Fueron las palabras que me despertaron del trance en el que yo estaba.
- ¿Pero qué dices, papá? —Le pregunté viéndonos fijamente y soltando su verga.
- Vamos hijo. No te hagas de rogar. Sé que quieres…
- ¡Papá, pero si ya te dije que no soy maricón!
- ¿A no? —Y estiró una de sus manos y con ella apretó fuertemente mi entrepierna, sujetándolo mi verga erecta por sobre el bañador- ¿Y por qué sigues así de duro de estar masturbando la verga de tu padre, eh?

Yo me levanté del sofá con lo que tendría que ser el rostro rojo como tomate, pues sentía mi cara bien caliente, pero aun así mi papá no me soltó. Me tenía bien agarrado por la verga y con su otra mano me la sacó del bañador, y me la comenzó a jalar; que no pude evitar soltar un fuerte gemido de placer y dejar salir de mi glande un poderoso ...