1. Mi novia me hizo cornudo (1)


    Fecha: 13/11/2017, Categorías: Infidelidad Voyerismo Autor: culiones3, Fuente: CuentoRelatos

    ... Gonzalo y decía: C - Ay, no Gon... Estoy borracha, que estoy haciendo? G - Disfruta hermosa, disfruta el momento que se viene lo mejor. Gonzalo agarró de la nuca a Clara, indicándole el camino que debía seguir, la encaminó hacia su miembro, ella opuso una leve resistencia que fue desistiendo a medida que su boca se acercaba a esa enorme verga, abrió su boca lo más grande que pudo y con dificultad se comió la cabeza entera y un poco más. Gonzalo, relajado, comenzaba a disfrutar de una tirada de goma de mi novia. Esa que seguramente tantas veces fantaseó y al fin estaba consiguiendo. La disfrutó al máximo, cada vez que Clara bajaba y embestía su boca contra esa verga, Gonzalo apretaba su nuca e intentaba que se comiera lo más que pudiese. Clara reaccionaba con arcadas, y bañaba en saliva la pija de Gonzalo. Mi princesa, siendo gozada por otro... Después de un rato largo de tenerla peteando, sacó un forro e hizo que Clara se lo pusiera con la boca. La subió encima y lentamente se la fue metiendo. Clara sufría y a la vez gozaba, estaba en su máximo grado de putez. Cabalgaba como una trola en celo, su concha estaba más mojada que nunca, no tardó demasiado en llegar al orgasmo. Sus tetas rebotaban y le daban una excelente vista a Gonzalo que ...
    ... estaba en posiblemente el mejor polvo de su vida. En un momento Gonzalo abrió la puerta de la camioneta y bajaron, la apoyó contra la puerta de espaldas a él, sus gomas se aplastaban contra la ventanilla, empezó a garcharla de parada, me imagino ese momento y siento mucha bronca mezclada con calentura. Pero lo que más bronca y calentura me da es saber que luego de eso Gonzalo lubrico su verga y empezó a bombear el orto de Clara, el mismo orto que pocas veces me entregó, dejándome apenas meter un poco, estaba siendo gozado por esa verga de 20 centímetros. No le bastó con hacerle el orto de parada, se fueron a la parte de atrás de la camioneta y volvió a hacerla cabalgar, pero esta vez quién se devoraba el premio era la cola de mi novia. Para terminar Gonzalo sacó su poronga del orto de Clara y acabó como a todo hombre le gusta, parado. Con mi novia arrodillada ante él y con su boca abierta, esperando aquella explosión de placer, esperando esa leche con sabor a prohibido, esa leche con sabor a cuernos. Gonzalo le exigió que tragase todo. Clara, satisfecha y obediente, no dejó ni una gota. Después de esa noche nuestra vida cambió, pero ese ya es otro relato. Lo que es seguro, es que mi novia durmió boca abajo porque había comido demasiado. 
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