1. ¿Cómo he llegado aquí?...


    Fecha: 13/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Duro Sexo en Grupo Autor: bi_gym_40, Fuente: xHamster

    ... me fui a sentar, me pasó lo mismo otra vez. Por más que lo intenté, no fui capaz de mover la silla. Ella miró al mesonero y él fue quién la acomodó.- ¿Cómo lo hacéis?- ¿A qué te refieres?- Pues tú lo de la máquina expendedora, lo de las sillas ahora… Me haces sentir como un alfeñique y no soy ningún alfeñique.- Es una larga historia.- Tenemos toda la noche.- Primero vamos a comer.El mesonero y la cocinera empezaron a servirnos los distintos platos que habían preparado para la cena. Entrantes, sopas, primeros, segundos, postres, todos los platos desfilaban delante de nosotros. Ella comía con una avidez propia de un hombre. Yo, a pesar de ser hombre, tenía que comer a marchas forzadas para poder mantener el ritmo que ella marcaba. Se bebió la botella de vino de un trago. Sin embargo, descubrir el misterio sobre ella era mi mayor inquietud en ese momento. Cuando habíamos terminado de comer, nos ofrecieron un café. Estaba algo amargo para mi gusto, pero siempre viene bien. Ella me invitó a un salón ubicado en el piso de arriba de la casa. Subimos los dos. Las escaleras que daban al piso superior, llegaban a una única puerta, que estaba abierta cuando llegamos. Pasamos los dos y ella la cerró. Había un salón con todas las comodidades habituales: chimenea, alfombras, sofás, TV, una mesa de billar y un bar. Y hacia el final, la puerta de una enorme habitación se adivinaba. Me invitó a sentarme en un sofá para dos, y me ofreció una bebida del bar. Se disculpó y se fue a la ...
    ... habitación. Yo me dispuse a esperarla en el sofá y encendí la TV. No tardó mucho en volver.No podía creer lo que tenía delante de mí. Se había desnudado completamente, y ahora podía ver sin perder ningún detalle, cómo es el cuerpo de una verdadera amazona. Se acercó a mí lentamente, y se sentó a mi lado. Pude ver que sus piernas eran tan anchas como las mías. Me miró a los ojos. Y acercó sus labios carmesí a los míos. Nos abrazamos. Nos besamos con locura. Su lengua se convirtió en un elemento explorador de mi cuerpo. Así. Su lengua se introdujo dentro de mi garganta, y bajó por mi esófago hasta alcanzar mi estómago. Cuando me percaté de ello, quise separarme de ella, pero su abrazo era tan fuerte y sólido que no pude separarme. Su lengua siguió recorriendo mis entrañas, atravesó mi estómago, siguió hacia los intestinos y regresó. En el momento en que sentí que salía de mi cuerpo, ella me soltó y pude recomponerme. Ahora sí, estaba asustado.- ¿Qué haces? Le grité- Sólo me alimentaba, de ti, me dijo.- No lo volverás a hacer, le dije. Ella sonrió. Yo empecé a correr por el salón.Empecé a arrojarle objetos a ella, mientras mis fuerzas todavía me respondieran. A ella le rebotaban en el cuerpo, y no le hacían el menor daño.- Entiende que no te quiero hacer daño, aunque podría y no habría testigos, me dijo.- Yo no sé qué cosa eres tú, no quiero saber nada de ti, le grité- Yo necesito que me hagas el amor.Aquella sugerencia me desconcertó. ¿Cómo podría hacer el amor con alguien sobrenatural? ...
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