1. El siniestro profesor Leiva. Parte 1


    Fecha: 14/11/2017, Categorías: Hetero Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    Ella siempre se sintió intimidada, e incluso asustada ante la presencia del profesor Leiva. Era un cuarentón, canoso, delgado, de voz débil y caminar pausado. No llamaba la atención por su atractivo, aunque tampoco resultaba desagradable para la mirada femenina. Era un profesor del montón, que no resaltaba por su rigurosidad, ni por su habilidad didáctica. Era de esos docentes que la mayoría de los alumnos olvidaba fácilmente. Natalia era su compañera. Por suerte para ella, aunque pertenecían a la misma cátedra, en los años que llevaba ejerciendo en la universidad, no había compartido una comisión con él. Resulta extraño el sentimiento que despierta aquel veterano en ella. Si alguien se lo preguntara, no sabría explicarlo con precisión, diría simplemente, que le resulta inquietante y perturbador, que le parece alguien turbio, y de malos sentimientos. Natalia había escuchado muchos rumores sobre él. Se decía que se acostaba con las alumnas más lindas de la facultad. Ellas, definitivamente, no formaban parte de esa mayoría que pronto olvidaba a ese, en apariencia, profesor insignificante. En los recreos, Natalia iba al aula ciento veinte, donde su amiga Florencia daba clases de contabilidad básica. Nuca se lo había preguntado, pero le daba curiosidad que Florencia, últimamente, pasara su tiempo libre entre las mismas cuatro paredes donde debía estar cuatro horas seguidas dando clases. Ya no iba a la sala de profesores, o al comedor estudiantil. Pero una vez sucedió algo extraño ...
    ... que la ayudó a comprender. El profesor Leiva pasaba por el pasillo, y las vio, a través de la puerta entre abierta. - Hola Nati, después te quiero comentar algo sobre los parciales que estamos armando con la profesora Bustamante. – Le dijo, y reparando en Florencia agregó – Hola Florcita, después hablamos ¿si? - le dijo, haciendo con su mano un gesto, imitando una llamada telefónica. A Natalia la incomodó la familiaridad con que la trató, ¿desde cuándo le decía Naty?, pero también se sorprendió, porque Florencia nunca le había contado que conocía al profesor Leiva. Cuando iba a preguntarle, vio cómo el cuerpo de su amiga temblaba en su pupitre, como si un fuertísimo escalofrío la hubiese atacado. - ¿Estás bien Flor? – Le preguntó, al tiempo que la observaba empalidecer. - Sí Naty. No te preocupes. Amparada en su larga relación, que excedía el perímetro universitario, y databa de mucho antes a que se convirtieran en profesionales, Natalia insistió. Quería saber qué le pasaba a su amiga. - ¿Te puso nerviosa el profesor Leiva? Es bastante escalofriante. – Le dijo. Florencia la miró, sorprendida. - Después te cuento. Ya termina el recreo. Por la noche, mientras corregía los trabajos prácticos de sus alumnos, recordó la expresión de su amiga, al ver al profesor Leiva. De repente se le ocurrió algo. ¿Y si Florencia era acosada por ese tipo? No le extrañaría. Flor era, a sus treinta y seis años, una mujer más que atractiva. Gran parte de la atracción del sexo opuesto se debía a sus ...
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