1. COMO NOS COGIMOS A LA SEÑORA DE LAS CARNITAS


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... acercó disimuladamente y le toco levemente un pecho con el dorso de la mano, ese día fue nuestro héroe. Tal como esperábamos la señora no se quejó ni nada. Por el contrario siguió bromeando y haciendo sus habituales chistes con nosotros. - no mames wey, qué chido que pudiste manosearla, él nos contesto. - no chinguen weyes, sentí como se me paraba la verga nadamás de tocarla y ella, yo creo que quería más, porque de volada se asomó a ver si don Beto estaba viendo y no se quito. Ahí siguió durante unos segundos en que yo que subía y bajaba mi mano. Lo malo que el pinche ruco llegó y pus ya, no se pudo más. Tras varias semanas de tensión, un viernes don Beto nos dijo que ese día también llevaban cervezas por si queríamos. Todos celebramos la buena idea. Empezamos a emborracharnos, se puso chida la peda. Hasta el viejo se empezó a tomar unas cervezas. Ese día salimos ya tarde de la escuela y cuando empezamos a tomar ya serían casi las 6 de la tarde. Total que se empezaron a levantar los del tianguis. Y nosotros nos quedamos. Entre el desmadre que traiamos nosotros por estar briagos y por los clientes que llegaban y se iban nos dieron casi las diez de la noche. La señora Ema ese día se veía especialmente buenota, llevaba una blusa como de encaje; las chiches le quedaban muy apretadas y parecia que las iba a vomitar en cualquier descuido. Traía una falda de tela suelta y se le marcaban sus enormes nalgotas. Galindo dijo: - no, cabrones, para mí que doña Ema o no trae calzón, o ...
    ... de plano ha de traer una tanga de esas bien chiquitas, toda metida en la raya. - si wey, se ve bien rica la pinche vieja, pero cállate wey, que ahí esta don Beto. Don Beto tosió un poco, se aclaró la garganta y luego dijo: -no sé si escuché bien, pero como que oí que estaban diciendo algo de mi mujer. - no, no, para nada señor, estábamos aquí hablando de una de las viejas de la escuela que aquí, a mi compa le gusta un buen, verdad? - dijo Galindo, viéndome con cara de idiota. - ah ,si, sr. este, es una morra del cetis, bien buenota. - ah, - dijo don Beto con cara incrédula. Después de ese insignificante incidente, todo continuo normal. Ya nadie comía carnitas, todos seguíamos entrandole a las chelas. Mis compas y otros weyes que llegaron al puesto seguían empedándose alegremente. De pronto nos dimos cuenta y dieron las 11, varios se empezaron a ir. Don Beto y doña Ema empezaron a recoger el puesto y a guardar las cosas en la camioneta. De mis compañeros del cetis, sólo quedábamos Carlos, Galindo y yo. Se nos hizo una buena obra ayudar al viejo don Beto a cargar las cosas y a desmontar los fierros del puesto. El señor Beto y doña Ema, estaban muy agradecidos. Se nos empezó a bajar un poco la borrachera y nos despedimos. Pero el don dijo que ya que lo habiamos ayudado, lo menos que podia hacer era darnos un aventón, aunque fuera al metro. No nos hicimos del rogar y nos montamos en la camioneta. De pronto la señora Ema dijo que si no queríamos pasar un rato a su casa, que eramos ...
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