1. Noches mágicas - Acto II


    Fecha: 17/11/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: SirLawrence23, Fuente: xHamster

    ... dos pollas, la lengua y el ano completamente distendido...Fantaseaba poniéndome en el lugar del que estaba siendo empalado, imaginando lo delicioso que podía ser tener una polla en el culo y mientras te chupaban la tuya, cuando René apareció en el salón. Iba tan sólo con una toalla alrededor de la cintura y me preguntó si había visto algo interesante.- ¡Psss, sí! – le contesté – algunas fotos son muy excitantes.- Pues todavía no lo has visto todo – y se quitó la toalla, lanzándola sobre una silla.Intenté no mirar muy directamente a su sexo, pero no pude evitarlo y una exclamación escapó de mis labios:- ¡Joder, qué polla más grande tienes! Le colgaba entre las dos piernas como el badajo de una campana, largo y gordo, asomando una parte de su cabeza por el extremo, mucho más gorda que el resto. Debía medir casi veinte centímetros de largo y cinco o seis de ancho, y todavía la tenía relajada. Así que imaginaba cuál sería su tamaño cuando se excitara.- ¿Te gusta? – me preguntó- ¿Qué si me gusta? Más bien me asusta. Con ese bazooka destrozarás a quien se ponga a tiro…. ¿puedo tocártela? – me atreví a preguntar.- Cuando quieras, es toda tuya.No hizo falta que lo repitiera dos veces. Me levanté del sofá y me puse de rodillas ante él. Mis manos fueron en busca del instrumento y lo levantaron, dejándome ver por entero sus hermosos cojones. Me moría de ganas de quitarle el capuchón, así que tiré hacia atrás de la piel del prepucio y una enorme cereza apareció brillante y tersa. Acerqué ...
    ... mi boca, saqué todo lo que pude la lengua y la pase con deleite por debajo de su capullo, luego por un lado, por el otro y por encima. Su tacto era suave y cálido, olía a jabón y no sabía a nada. Noté como aumentaba su tamaño entre mis manos e iba adquiriendo turgencia. Quería notar como crecía en mi boca así que decidí comerme esta magnífica bellota. La abrí todo lo que pude e intenté meterme su glande dentro. No sin cierta dificultad lo logré, pero tenía las mandíbulas completamente abiertas y no podía mover ni la lengua, ni los labios. Era como un enorme tapón cerrando un desagüe. Opté por sacármelo de la boca y chuparlo frenéticamente. Había cogido un grosor descomunal, mis manos casi no lograban abarcarlo. Su longitud era superior y hubiera sido necesaria una tercera mano para cubrirlo del todo.La solté para poder mirarla en toda su extensión y con su total esplendidez. Aunque su peso la impedía levantarse, estaba muy dura y tensa. Era como esas magnificas pollas de los caballos que brillan y sobresalen como una tercera pata cuando van a montar a una yegua, caídas pero muy hinchadas. Se la levanté pegándosela al vientre, para poder chupar sus cojones. Le llegaba más arriba del ombligo. Debía tener casi veinticinco centímetros. Era impresionante.Volví a chuparla en toda su extensión, arriba y abajo, deteniéndome en su glande y en su orificio de la uretra donde empezaban a aparecer las primeras gotas de líquido seminal fruto de las maravillosas sensaciones que tenía. Lamí ...
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