1. Tan simple, tan sencillo


    Fecha: 17/11/2017, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuevas, lenguas húmedas, gritos aterradores y pieles rugosas me acompañaron al despertar. Nos organizamos en grupos pequeños de diez personas para recorrer el lugar. Me tocó ir con Ed. La guía era una mujer joven, casi de mi edad, de piel oscura y dientes blancos. En mi grupo éramos, con excepción de él, solo mujeres, todas reíamos y bromeábamos para calmar nuestra vaga inquietud. -¿Y si se escapan?- preguntó Mary -Es prácticamente imposible. Las medidas de seguridad son estrictas-respondió la guía. -Claro que no pueden salir, estamos a salvo- le dije con una sonrisa tranquilizadora. Además, tenemos a Ed para que nos proteja de esos monstruos. Anda tómalo del brazo para que te sientas segura. Inmediatamente Mary y Ed caminaron juntos sin percibir el tono irónico con el que yo estaba hablando. A ella se le notaba cuanto le gustaba él. En cambio, a él se le notaba lo incómodo que se hallaba sin tenerme cerca. Y yo estaba en paz, manteniendo alejado a ese blandengue. La guía nos hizo abordar unos vehículos especiales para poder pasear por la isla, era una especie de cochecito de golf que tenía un grueso vidrio en la parte superior y se levantaba para que entráramos. Con las chicas recorrí los amplios pastizales poblados de velocirraptors. Uno se acercó demasiado a nosotras. La guía detuvo la marcha para que lo contempláramos. Sus garras acariciaron el vidrio protector, parecía disfrutar con el contacto, lo hacía tan lentamente que pensé en la mano de un hombre que acaricia a la ...
    ... mujer amada. Sus ojillos rojos se encontraron con los míos, no lucían como los de una bestia sino como los de alguien que intentara comunicarse. Luego paseó la vista por las chicas, su lengua salía y entraba de su boca, creí que saboreaba nuestra carne. En cuanto se percató de la presencia de Ed lanzó un chillido estremecedor, arañó las ventanillas y abrió sus fauces mostrando una hilera de filosos dientes. La guía presionó un botón que soltó una potente descarga eléctrica y el animal huyó. -Era un macho. Quería tener para él solo a todas las chicas guapas del vehículo pero al ver a Ed se puso celoso. Explicó entre carcajadas la chica de color, tratando de tranquilizarnos, todas estábamos temblando de miedo, sin embargo, reímos, excepto Ed que aun permanecía asustado asustado. Yo estaba en silencio, aquel comentario me había parecido muy cercano a la realidad. Una inquietud nueva nació en mi vientre y se expandió por mi cuerpo. Dimos la vuelta para ir al área de comida. Habíamos pasado toda la mañana paseando entre dinosaurios. Justo en el momento que comenzábamos a avanzar una piedra golpeó el techo. Pronto le siguieron otras más. Gritamos aterradas y cerramos los ojos. El vehículo ya no avanzaba, sentíamos el aire frío entrando por las ventanillas rotas. Cuando escuchamos una estampida abrimos los ojos y vimos una manada de velocirraptors corriendo hacia nosotras. Ed se desmayó. Se detuvieron a unos pasos de donde estábamos. Quedamos en silencio ante la fascinación que nos ...
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