1. Elevando el deseo: sexo en el ascensor


    Fecha: 21/11/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Norah, Fuente: CuentoRelatos

    ... lóbulo y mordiéndolo despacito. Él deslizó las dos manos por debajo del vestido y me recorrió los muslos hasta llegar a la cintura y bajó nuevamente, así muchas veces. De a ratos paraba para jugar con mi tanguita que chiquita y negra se escurría entre sus dedos cada vez más mojada. A la vez que bajaba sus manos me apretaba contra él haciendo que mi respiración se entrecorte. Me tenía a mil. Bajé una mano entre mis piernas mientras él seguía acariciándome y desprendí los 4 botones de su jean. Corrí el elástico del bóxer y sentí el calor de su pene erecto entre mis muslos. Él corrió hacía un lado mi ropa interior y puso la punta de su pene en la entrada de mi sexo. Podía sentir la humedad y el calor y me moría porque me penetrara pero las reglas del juego eran otras. Todo era muy distinto a lo que me había imaginado tantas veces. ¿Sabría él de todos los orgasmos en su honor? Creo que no lo imaginaba. La punta de su verga estaba entre mis labios hinchados y mojados mientras él besaba mi cuello y acariciaba mis senos sobre el vestido. Entonces acercó su boca a mi oído y me habló por primera vez desde que todo comenzó: -Quiero que sientas como voy llenándote toda- y se empezó a escurrir dentro mío. Caliente y muy muy muy despacio. Desesperadamente lento. Lo sentía latir contra mis paredes, llenando mi cuerpo. Quería moverme cabalgándolo todo y haciéndolo gozar como nunca. Pero no, no tenía opción. Entonces cerré los ojos y me dejé llevar hasta el fondo, hasta que no había más ...
    ... lugar para moverse. Cuando llegó al final se detuvo y me miró: -Habría que musicalizar el momento no? –me dijo picarescamente mientras extendía la mano hacia su celular y yo con mi sonrisa tan estúpida sabía que esa canción ya nunca sería lo mismo para ninguno de los dos. Entonces en un cerrar y abrir de ojos todo aquel galanteo desapareció. Me agarró entre sus brazos y dos segundos después estaba debajo de él, con las piernas al cielo y todo aquello adentro mío y empezó a moverse fuerte y profundo mirándome a los ojos hasta que exploté de placer alcanzando el primer orgasmo. Sentía espasmos en todo mi cuerpo, calor, frío… se me debilitaron las piernas y el corazón iba a mil, pero quería más, mucho más de él. Me levantó y me puso contra la pared del ascensor, se seguía moviendo rítmico y profundo mientras me besaba desesperadamente la boca y el cuello. Sentía su pene cada vez más grande adentro mío y yo empezaba a entrar en clímax otra vez. Entonces salió de adentro mío y me puso de espaldas, bajó el cierre del vestido que cayó a mis pies mientras con la otra mano se sacaba la camisa y se apoyó en mí penetrándome nuevamente desde atrás, piel con piel y tirándome del pelo. Me sentía muy suya. Cuando ya no aguantaba más se detuvo y volvimos al suelo. Delicadamente me sentó sobre él y comenzó a moverme deslizándome sobre su pene, arriba y abajo, lento, fuerte y dulce, intenso como al principio. Como si fueran dos hombres distintos y los dos dueños de mi cuerpo. Entonces me acercó a ...