1. La Alameda, el parque de los machos (primera parte)


    Fecha: 22/10/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... aquí para divertirse con los putos, esas putas pasivas que abundan cerca del estación del metro !!! En la cama con ellas, se mueren de la risa cuando las escuchan gritar y gemir mientras están penetrandolas, cuando, por horas, estan destrozando sus culos. Algunos de esos machos insospechables reconocen que esos putos no carecen de méritos : maman sus pollas mejor que todas las viejas, incluso sus novias !!!...  
    Hé tenido la oportunidad de conocer en el jardin un obrero, un soldador, un muchacho bien plantado, de veinte y cinco años más o menos, quien, cada sábado, por la tarde, me acompañaba en un hotel de la cercanía, donde, apenas desnudos, me acariciaba y mordisqueaba mis nalgas blancas (una obra maestra según él !) antes de hundir un dedo, luego dos, alistando mi hueco para la cogida furiosa que ese chacal me regalaba cada fin de semana. Por más que la follada del mayate me causara un dolor insoportable, para nada hubiera dejado escapar mi cita con él, un excepcional semental !... Siempre (él sabía que me gustaba !) cuando acababa se vaciaba los testículos en mi boca. Que exquisito licor, muy blanco, espeso, viscoso ! Me contaba que toda la semana se abstenecía de hacerse pajas para conservar en sus bolas la mayor cantidad posible de ese néctar que tanto me gustaba... Yo seguía largos minutos mamando mi ...
    ... biberón con la esperanza que la leche no estaba agotada... 
    Los sabados que el mayate me partía el culo, yo estaba demasiado reventado para tratar de ligar con otro macho del jardin, con uno de esos numerosos chacales que seguían por la noche vagando en los paseos. Pero cuando un día él, mi mayate, me falló, dejandome esperar horas sín avisarme, hé tratado sin demora sustituirlo con otro macho apetitoso del parque. Es así que por primera vez hé notado la gran cantidad de militares paseando por la Alameda después de las seis ! Es que apenas tienen permiso, dejan el cuartel y muchos se dirigen hacia el jardin para ligar con un puto deseoso de ocuparse de su pene, un órgano potente, pero tan quieto durante la semana... Muchos militares se dejan convencer por las pasivas ultrajosamente afeminadas, quienes por una noche les sirven de sucedáneos de hembras. Otros, los muchachos sín un centavo, sacan provecho de su encanto viril para ligar con un puto adinerado, quien les invitará a cenar y luego en un hotel para prodigarles ciertas delicadezas, como solo son también capaces sus novias, tan alejadas, en sus pueblitos del Chiapas o del Yucatán. Es uno de eses ejemplares que escogí esa tarde. La noche que siguió fué inolvidable, y necesita ser relatada con todos los detalles más relevantes. Serà la segunda parte de mi relato. 
    
     
«12»