1. Paradito


    Fecha: 08/02/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danny, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    
    Compartiré esta historia que me ocurrió hacen unas semanas atrás, porque  la recuerdo con cariño, y aunque se repite más, esa primera vez fue mágica, cogiendo, e inolvidable para mí y claro está para él, para Paradito.
    Este muchacho vivía cerca de mi casa y yo pues soy dos años mayor que él. Un chico de muy blanca piel, pecocito y de un cuerpo como de niña, estrecha cintura, piernas preciosas bien torneadas, como de niña y un culo, que el mas ciego lo miraba, un trasero bien parado, erguidas sus nalgas y anchas. La muchachada de mi colonia lo jodían, lo molestaban con sus piropos a su rico trasero, y el pobre Edwin su verdadero nombre, se encabronaba a más no poder. Se la pasaba discutiendo con los otros, que él no era puto, como se dice en mi país.
    Pero cuando Edwin caminaba aquella colita tan parada se movía como un pavo real. Escuché a muchos hombres mayores, ya casados de mi colonia en muchas ocasiones comentar entre ellos, que si él les diera un chance, le pagaban el dinero que él quisiera por comerle y romperle ese hermoso culo.
    Inclusive el cartero que llevaba la correspondencia a mi casa, se comentaba en mi colonia que como era conocido de la familia de Edwin-Paradito, en varias oportunidades lo había invitado a salir, tratando de violarlo en una de esas salidas, pero que el chico logró escaparse y no se dejó. Decían que Marcos el cartero andaba por la calle de la amargura por eso. Yo aunque no niego que me atraía también ese culo paradito y firme, que me lo ...
    ... imaginaba blanquito con un hoyito rosadito… nunca se lo di a demostrar…ni lo molestaba y lo ignoraba cuando él chico pasaba por frente de mi casa. Pero me jalé un par de pajas a su salud, pensando que se lo metía y que él se dejaba, es que tendrían que ver ese culo, para que entendieran mis razones.
    Un día por la noche yo estaba por mi colonia, me había acabado de bañar y me disponía a visitar una  noviecita que tenía en la colonia, cuando Edwin, me saludó y me dijo que si lo acompañaba a dar una vueltita a pie, por allí hasta cierto sector y que luego volvíamos, pues él solo no se atrevía y tenía temor de los otros chicos. Me estuvo raro, pero le dije que sí y que rápido pues iba a visitar a mi vieja.
    No puede dejar de mirarle el rico trasero que con unos pantalones cortos de cuadritos bien ajustados se le meneaba desafiante. Por el camino hablamos de muchas cosas, incluyendo lo de su paradito trasero, los piropos de los chicos, su molestia, en fin que me dijo, que a mí me tenía confianza porque yo era serio y nunca lo molestaba.
    Comenzamos a bromear y yo le dije no te preocupes yo sé que tú eres todo un hombrecito y no tienes la culpa de tener un trasero grande, ¿no será que tú te pones relleno?  le dije vacilando, en broma. No, me dijo esto es muy natural y yo seguí jodiendo y le respondí, que el día que lo viera con mis propios ojos y lo tocara lo creería, que eran así de firmes y paradas sus nalgas. Edwin entonces al verse retado me dijo, que a mí sí, él se atrevía a ...
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