1. Rencor


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola a todos, mi nombre es Raquel, soy de Salamanca y acabo de cumplir 23 años hace unos días. Lo que a continuación relato sucedió hace unos pocos días durante las fiestas de mi ciudad, días que los numerosos universitarios de la ciudad aprovechan para recuperar el tiempo perdido durante los exámenes. Yo siempre he sido una chica normal, 1.70 de estatura y 52 kg con unos pechos pequeñitos pero lo que realmente atrae a los chicos es un culito respingón que me gusta que la gente vea ,por lo que uso pantalones elásticos que me quedan ajustadísimos o minis de infarto, lo que provoca que los hombres se den media vuelta cuando paso a su lado. Bueno, me gusta que me vean así desde hace unos días, día en que mi novio me dejó por otra chica pues decía que conmigo se aburría, dios ¡cómo que se aburría conmigo? Siempre le he dado todo lo que ha querido! Será cabrón! me decía yo a mi misma. Con el había perdido la virginidad y después de casi cuatro años no había conseguido con él ni un solo orgasmo pero como lo quería, yo fingía y nunca le dije nada de esto. Nuestra relación amorosa se centraba en hacer el amor hasta que él se corría y después yo se la chupaba porque le gustaba que se la dejase limpia, pero nunca dejé que se corriera en mi boca. Hasta ese día mi forma de ser había sido normal, reservada, me gustaba vestir bien pero no provocativa y mi lencería elegante pero grande (bragas y sujetador) lo que yo pensé que pudieron ser motivos por los que mi novio me dejó, pues la tía ...
    ... con la que se fue usaba unos tangas de impresión que se le notaban a través del pantalón, y por lo visto eso a él le encantaba. Pero,¿qué pasa con los hombres que se van con otra porque lo enseña todo después de varios años de relación? Será eso lo que gusta? Con tanta pregunta que me hacía y lo furiosa que estaba con ese maricón me decidí ser tanto o más puta que la tía con la que se fue. Cambié mi vestuario al completo: pantalones elásticos ajustados, tops enanos que enseñaban casi todo, botas de tacón alto y lo que yo pensaba más importante: lencería erótica formada toda por sujetadores con encajes y unos tangas diminutos a juego. Pensaba que ya estaba preparada para el cambio. Llegó el fin de semana y era el momento de prepararme. Para la ocasión me maquillé a conciencia, elegí el conjunto más sexy que me había comprado, uno rosita que realzaba mi busto y que la parte de abajo era casi inexistente, unos pantalones blancos casi transparentes y un top negro. Para finalizar unas sandalias de tacón alto. Me miré al espejo y me vi distinta, cambiada pero en el fondo me agradaba, pero cuando me di media vuelta vi que el tanguita rosa se veía casi perfectamente como si no hubiera pantalón, entonces sentí una excitación enorme. Llamé a mis amigas y quedamos en la plaza a las 10:00. Para llegar a la hora cogí un taxi. Según iba en el taxi podía notar como el conductor no hacía otra cosa más que mirarme descaradamente los pechos e intentaba vislumbrar el tanga rosa que llevaba fue ...
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