1. Descubriendo a mi hija


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Inés, mi bella hija de 17 años acababa de terminar el bachillerato. Por razones económicas nos mudamos a mi finca a 30 minutos de una ciudad. Ella estaba muy molesta y deprimida, pues sus amigos, que iban mucho al comienzo, empezaron a ir cada vez menos. Sin embargo Inés empezó a trotar cada tarde y su caracter, mal humor, y tristeza desaparecieron. Una tarde luego del trote la vi masturbarse completamente desnuda al borde de la piscina de la casa grande, me excité mucho viendola, pues ese día descubrí que ella era una Diosa Rubia con un cuerpo perfecto. Una tarde decidí seguirla y la ví entrar a las caballerizas, subí al piso superior para ver que hacía, y la descubrí haciendo el amor lujuriosamente con un peón negro de unos 30 años. Pensé en salir, pero decidí ver que ocurría. Aquel hombre después de hacerle el amor, empezó a besarla y guió su boca a su pene, el cual Inés disfrutó como loca, regalandole un segundo orgasmo. Sin embargo todo no terminó allí, sino que siguió un largo rato. Salí antes que se vistieran y hablé con mi mujer, quien me tranquilizó y dijo que hablaría con ella. Pero Inés se hizo la tonta ...
    ... pero siguió trotando hacia las caballerizas cada tarde. Al día siguiente entré a su cuarto cuando salió a las caballerizas y encontré anticonceptivos, lo que me calmó mucho. La tarde siguiente salió más temprano y la seguí, esta vez el peón la desnudó y tomandola por la mana caminó con ella hacia las duchas. Allí había otros 6 hombres desnudos que se bañaban. El peón dijo: Aquí les ofrezco una diosa, pueden hacerle lo que deseen, pero delicadamente. No se por qué me excité tanto y me petrifiqué. Aquellos hombres se gozaron a mi bella hija por todos sus agujeros. Inés estaba fuera de si, gemía y jadeaba ruidosamente sin reprimir sus orgasmos. Hubo un momento que tuvo 3 penes dentro de ella, y varios orgasmos seguidos. Al acabar cada uno se había eyaculado al menos 4 veces en todos sus agujeros. Esa noche escuche a mi hija gemir de placer en su habitación, me asomé por una ventana, y allí estaba con el peón, con quien pasó la noche. Tiempo después este se tiraba a mi esposa y a mi hija, y las ofrecía a sus amigos al menos una vez por semana. Tuve que aceptarlo, pues amenazaron con quemar toda la finca si me oponía. 
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