1. Almita, el mentor y yo


    Fecha: 26/02/2020, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: el mentor , Fuente: RelatosEroticos-Gratis

     Almita, el mentor y yo.- 
    El Mentor está preocupado.- me lo dijo por teléfono.- quiere que vaya hasta su casa en el día de mañana.-  Lo tiene inquieto que está teniendo una relación con una mujer que hace poco conoció en las playas del este.-  Quiere mis consejos.- Es un vejete bastante egoísta y desalmado, porque sabe que yo quiero ser su única mujer.- El sostiene que los únicos amores no tienen futuro.- por eso quiere mantener la llama encendida en varios focos.- Estoy totalmente loca por este vejete que me enloquece sexualmente, y por eso voy aceptar su invitación.-
    Llegó a su casa, me lleva a su estudio de la planta alta, y allí me presenta a Almita.- Es una morocha muy fornida, mestiza, con cara pícara, y un cuerpo pequeño pero fenomenal.- Lo primero que me sucedió, fue un ataque de celos, y me comparé con aquella mujer, algunos años más joven que yo.-  Era un poco más alta.- Tenía buenas piernas, algo rollizas, un buen culo y unas tetas muy grandes, tal vez del tamaño de las mías.-  Estaba vestida con pollera corta, blusa apretada y zapatos verdes de tacos altos.-  Que viejo hijoputa a todas nos  vestía igual.- 
    Nos presentó.- nos miramos como dos mujeres en celo.-  apenas una mueca.- 
    Entonces rompió el silencio.-  mis queridas, estoy ante una gran disyuntiva.- las quiero a las dos, me encantan las dos, y me gusta tener sexo con las dos.- Pero Uds. quieren ser únicas.-  Y no estoy dispuesto a perderlas.- Así que se me ocurrió algo muy loco y muy morboso , que uds ...
    ... peleen por mí, pero no en forma violenta, sino que hagan el amor , como una guerra, y la que salga vencedora , se queda con el premio , que soy yo.- 
    Lo que planteaba era delirante, pero para dos mujeres viciosas de sexo nos pareció hasta lógico.- 
    Aceptamos el desafío.- 
    Nos llevó a su dormitorio y nos mostró por primera vez su gran cama de varias plazas.- ese iba a ser nuestro lugar de enfrentamiento.-  una guerra de amor.-  bueno de sexo.- 
    Almita se sentía confiada, y me dejó actuar.- Le tomé suavemente la cara con mis pequeñas manos, busqué sus labios, comencé a besarlos, eran carnosos y estaban húmedos, tibios.-   respondió mis caricias. Su lengua me recorrió la boca, el paladar, sentí un estremecimiento.-  El mentor nos miraba, sentado en una amplia poltrona.- aquel pervertido           se veía entusiasmado.- yo seguía disfrutando aquellos carnosos labios, tratando de calentar a  Almita.- Le acaricié las tetas por encima de la blusa, además de grandes estaban duras.- Eso me calentó un poco, le quité la ropa y las dejé libre, los pezones grandes , puntiagudos, fueron para mi boca una tentación, sentía más calentura, Almita, se dejó besar, chupar, succionar, y algún gemido me dejaba cerca de mis sentidos, mientras su mano comenzó a deslizarse por debajo de mi pollera en busca de mi cueva.- Al encontrarla, ya estaba húmeda, comenzó a jugar con mis labios vaginales con sus dedos muy expertos, hasta que los llevó hasta el clítoris duro y alto.- Ahí sentí una sensación ...
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