1. El albañil marroqui. (Cuarta parte)


    Fecha: 25/03/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    (Realmente mi estancia en el sur de Marruecos superó todo lo que podría haber 
                                       imaginado. No sólo había encontrado otra vez mi amante Kacem, mi magnífico albañil 
                                       cuya fuerza masculina pude después de meses apreciar de nuevo. Sino que él me 
                                       permitió probar las delicias del sexo con su hermano menor, Mehdi, cuya dotación es aún 
                                       más espectacular. Y aunque a su edad todavia no tiiene la experiencia de su mayor,             
                                       Mehdi supo darme todo el placer de ser su mujer, de sentir su aguijón penetrarme en las                                              profundidades de mi ser y probar ese licor embriagador que su falo y sus huevos producen en cantidades excepcionales.)
    
    
    
    Cada noche que siguió, Kacem reanudó su lugar en la habitación, y yo, a su lado, satisfaciendo cada uno de sus deseos de sexo. Las noches eran cálidas y apenas dormimos... Me asombraba el hecho que después de un día de duro trabajo mi amante podía follarme por horas con tanto fervor, cambiar posturas varias veces en la noche para descubrir otras fuentes de placer y con tanto entusiasmo ofercerme una tal cantidad de su semen espeso y viscoso, signo de su gran poder varonil. Nunca más Kacem le propuso a su hermano menor de reemplazarlo en la cama y desahogarse en mi. Y el joven nunca se atrevió a pedir su parte, con el objetivo ...
    ... de mejorar su rendimiento de semental perforandome el ojete y vaciandose las bolas en mis entrañas. Personalmente me arrepentí de no volver sentir ese taladro de carne joven partir mi culo en dos, o acariciar su hermosísimo cuerpo de machito, a medio camino entre la adolescencia y la potencia del varón adulto.
    
    Durante el día, con el pretexto de que me gustaba ver el rebaño pastar, acompagné varias veces a Mehdi, y cuando sabía que nadie podía sorprendernos, protegidos por arbustos, acariciaba el paquete del muchacho hasta que su erección fuera obvia. Y luego le sacaba el miembro y lo tomaba en boca para una felación rápida y desenfrenada que ponía al joven pastor en un estado de excitación extrema. En cuestión de pocos minutos el lanzaba poderosos chorros de semen que me tragaba hasta la última gota. Con el pasar de los días, Mehdi se aficionaba siempre más a mis golosinas campestres. Y llevaba a su rebaño a lugares aún más propicios para nuestros juegos sexuales. Una vez aprovechando la vegetación que impedía asistir al espectáculo que ofreciabamos, me pidió que bajara mis pantalones y sacando su enorme mástil inflado lo clavó sin siquiera un poco de saliva. El dolor era terrible y el joven pastor comenzó a follarme con una fuerza y brutalidad que nunca había mostrado. " Ahhh... putita... prefieres la verga de mi hermano !... pero esta también te complace... La sientes ? dentro de tu culo!... la sientes putita, uffff... ahora te lo voy a destrozar tu culo de puto... será ...
«1234...»