1. La reeducación de Areana (19)


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    En su cabeza resonaban una y otra vez las crueles palabras de Milena al despedirla, cuando le recordó, entre risitas malévolas, que Lucía y dos compañeras más estarían esperándola. -Vaya una a saber qué planes tienen, perrita, pero mmmhhhh, no sé por qué me imagino que lo vas a pasar mal. –y remató el discurso con una carcajada. Fue la señora Amalia en persona quien le había informado sobre su situación en la escuela en manos de Lucía, Rocío y Guadalupe. -Parece, según Lucía, que esas dos te odian tanto como ella. –le había dicho Amalia. –Las tres van a ser tus Amas en el colegio. Les di carta blanca para que dispongan de vos como se les antoje, bajo mi supervisión, claro, pero salvo lastimarte van a poder hacerte de todo. Con ellas te comportás como conmigo: obediencia ciega, sumisión absoluta, docilidad total. ¿Te quedó claro? Sí, le había quedado muy claro, tan claro como sentía esa turbadora mezcla de sensaciones que parecía alojada en todas y cada una de sus células. Tenía mucho miedo, pero al mismo tiempo la excitaba ese nuevo juego perverso al que había sido arrojada por la señora Amalia. Una cuadra antes de llegar a la escuela comenzó a sentir un cosquilleo en el estómago. “¡Ay, las mariposas!”, se dijo inquieta ante esa incuestionable muestra de la calentura creciente que estaba sintiendo simultáneamente con el temor. Dobló en la esquina y las vio. Con el semáforo en rojo para el tránsito cruzó la calle sin dejar de mirarlas. Algo en su interior hacía que esas tres ...
    ... chicas fueran como un imán para sus ojos. Faltaban cinco minutos para la hora de entrada y en la ancha escalera por la que se ascendía al portón principal había numerosos grupos de colegias que charlaban y reían. Lucía, Rocío y Guadalupe permanecían aparte, esperándola. -Ahí viene. –dijo Lucía, que fue la primera en verla aparecer en la esquina. -Nos vio… Nos está mirando. –agregó Guadalupe mientras Rocío se mordía nerviosamente el labio superior. -A ver cómo nos saluda. Si no lo hace como quiero le doy una bofetada. –prometió Lucía. -¿Acá? –se asombró Rocío. -Sí, acá, ¿de qué te extrañás? ¿No fue acá, en la calle, donde esta mierda nos cagó a piñas tantas veces? -Sí, es cierto, me asombré al pedo. –reconoció Rocío justo en el momento en el que Areana llegaba ante ellas. -Hola… -saludó la esclavita con la cabeza gacha, temblando de miedo y ansiedad y con las mariposas alborotadísimas en su estómago. -¡¿Hola?! –bramó Lucía y de inmediato la tomó del pelo con su mano izquierda y cuando la tuvo con la cabeza derecha le cruzó la cara con una fuerte bofetada que llenó de lágrimas los ojos de Areana. Varias colegialas habían visto el golpe y miraban asombradas al grupo. -Saludá como corresponde, perra sarnosa. –exigió Lucía mientras continuaba aferrando por el pelo a su presa. -No… no sé cómo… cómo saludarlas… Por favor, Lucía, decime… Una décima de segundo después de haber pronunciado la última palabra recibió otro golpe en el rostro, éste aplicado con el dorso de la mano. En la ...
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