1. Nuevas Experiencias 1


    Fecha: 23/05/2020, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Lola Barnon, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... los que el dinero no ayuda a superarlos. Isabel no era una niñata que no supiera valorar lo que tenía. No, en absoluto. Su decaimiento fue de verdadera pena y tristeza. Su hermano era muy vital, con bastante alegría por vivir y una excelente persona en el sentido más amplio y conocido de la expresión. Y su padre, un hombre astuto, inteligente y que, tras la muerte de su mujer, se refugió en Isabel en el aspecto más sentimental. La dejó un vacío referencial muy complicado de solucionar.   
    Ernesto, mi suegro, había sido un avispado empresario de la publicidad, que cabalgó la ola de la edad de oro de su sector y le hizo coronarse como uno de los más prestigiosos profesionales de aquella época. La venta de la empresa a una multinacional americana, un año antes de su muerte, hizo que la herencia de mi mujer fuera aún mayor. Yo trabajaba de director financiero en la agencia. Y lo hacía razonablemente bien, con método, profesionalidad y dejándome las pestañas en ello. 
    Isabel empezó en una empresa participada por la familia, que se dedicaba al incipiente marketing digital y que, con el tiempo, fue adquiriendo mayor protagonismo mientras la comunicación tradicional se estancaba.
    Hoy, tras la compra por la multinacional americana, y el exigente protocolo de adquisición, ningún miembro de la familia podría trabajar ya en las empresas del grupo. Mi caso se estudió especialmente al tratarse del yerno, pero mi suegro exigió que se me respetara el puesto y el sueldo, al menos durante ...
    ... tres años. Me quedaba un poco más de uno para renegociar con el consejo, si me quedaba o no, tomando la indemnización pactada, que era, además, bastante jugosa. Mi deseo era continuar y, de acuerdo con Isabel, era una forma de vigilar el ya escueto cinco por ciento que aún quedaba en manos de la familia tras las dos ampliaciones de capital pactadas y realizadas por los norteamericanos, tras la compra de la compañía. No era mucho, pero siempre se necesita una excusa para seguir haciendo lo que uno cree que debe. En nuestro caso, era ese. 
    Aquí debo señalar que mi suegro fue un hombre muy cabal, honrado, sincero y honesto, que me trató especialmente bien, siempre. Mi suegra había muerto años atrás y no la conocí. De la misma enfermedad que su hijo y con casi exacta rapidez. A Ernesto le agradezco, enormemente, todo. Pero me hizo trabajar como un animal… 
    Recuerdo llegar a casa a eso de las once de la noche, con mi mujer ya dormida y la cena fría. Sufriendo porque no la había visto en todo el día y tan solo habíamos tenido un par de llamadas de teléfono para saber de nosotros y decirnos, una vez más, lo que nos queríamos. 
    Fueron tiempos de sacrificios, de horas robadas a la familia, al sueño, a los fines de semana planeados para irnos a tal o cual ciudad y disfrutar de nuestro joven matrimonio. Tiempos en los que, de la mano de su padre, de sus más allegados colaboradores y de incluso Isabel, hicimos un excelente trabajo, aumentamos facturaciones, clientes, rentabilidades y ...
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