1. Nuevas Experiencias 1


    Fecha: 23/05/2020, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Lola Barnon, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... patrimonio familiar. 
    El poco tiempo del que podíamos disfrutar, lo pasábamos follando. No es una palabra muy romántica. O sí, depende para cada cual, pero era la verdad. Hubo días que ella me esperó a las once de la noche y según entraba por la puerta se me lanzaba como una posesa hacia mí. O al contario, y una tarde de sábado que ella estaba tranquila leyendo, yo entraba en el dormitorio quitándome la ropa. Éramos jóvenes, vigorosos, atrevidos, estábamos locamente cuerdos…
    Nos divertíamos. Gozábamos juntos esos escasos momentos que podíamos tener el uno para el otro. Cualquier momento o situación nos parecía apropiado para hacer el amor, que es algo más sensible y también más afín a nosotros y nuestra sexualidad. Nos divertíamos y encontrábamos excitante y morboso cosas que, según fue pasando el tiempo, decayeron. Porque esa también fue la realidad. Primero los hijos, una parejita de gemelos que nos volvió la vida del revés. A Isabel, porque llevó casi todo el peso de aquello. Y a mí, porque además de continuar con el trabajo que cada vez me absorbía más, debía ayudar a Isabel con nuestra hija y nuestro hijo. Y así, sin tener muy claro dónde se inició todo, poco a poco, como las llamas de los incendios más voraces, fuimos entrando sin remedio en el terreno de la monotonía. Cuando nuestros hijos cumplieron los cuatro y posiblemente pensábamos en reconducir todo aquello a nuestra forma de gozar el uno con el otro, no lo conseguimos. Lo habitual, el cansancio, la sensación ...
    ... de ser padres y el desconocido mundo familiar que se nos abría de par en par y a galope, nos embarcó en una especie de vida muy repetida, usual, sin experimentos, riesgos ni sorpresas…
    
    
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    Tenemos una hija, que se llama como su madre, y para diferenciarlas todo el mundo la llama Isa. Nuestro hijo, Pedro, lleva el nombre mi padre, aunque lo llamamos cariñosamente, Pedrito. Tienen once años. Ambos son buenos hijos; obedientes, alegres, simpáticos… La previsión era que, con doce, es decir, al año que viene, estudien, al menos, un curso en Inglaterra. Nos da mucha pena, porque lo veremos siempre como eternos niños. Pero, ambos, Isabel y yo, entendemos que es muy ventajoso: el idioma, nuevas experiencias, amigos en otros círculos, estudios diferentes… Pero, sobre todo, podemos permitírnoslo. Y quizá, según me razonó Isabel, lo más adecuado era que fueran juntos y se apoyaran mutuamente. Así lo habíamos decidido.
    Mi familia, sin llegar a ser de la riqueza de la de Isabel, tampoco estaba descalza. Nosotros, en cambio, no tenemos grandes cantidades de dinero en el banco, pero sí patrimonio inmobiliario rural. Yo soy de Córdoba, aunque desde pequeño estudié en Madrid. Mi padre iba y venía cada fin de semana, quedándose los días laborables en el cortijo, sacando adelante los olivos y el algodón. Siempre fue muy trabajador y creo que eso me lo inculcó. A mi hermano, también. Ambos nos educamos en esa necesidad y obligación de sacar la familia y el patrimonio adelante. A base de ...
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