1. UN SUEÑO MUY,MUY EXTRAÑO


    Fecha: 27/05/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: TOM RADIOC, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Muy de noche veía una película porno gay, en donde un negro muy bien parecido y musculoso estaba con un blanco muy nalgón en una piscina muy hermosa, después de todo un preámbulo muy caliente, el negrito puso en cuatro al nalgón y apuntó su descomunal pene a la entrada de su ano, en ese momento la cámara hizo un primer plano del enorme pene y el momento en que la cabeza se acomodaba a la entrada del ano y se disponía a entrar, era tan grande que en ese momento me llevé las dos manos a la boca y grité NOOOOO ESO NO PUEDE ENTRAR AHÍ, y en suspenso me quedé del mismo modo como uno se queda en una final de fútbol y un jugador va a patear un penal en los últimos minutos, yo me encontraba desnudo, y mi pulso se aceleraba a cada segundo, por fin el negrito logró meter esa enorme máquina por completo en el ano de esas grandes nalgas. Fue en ese instante que la cámara ahora enfocó al negrito por atrás, ¡ Madre mía! ¡Que nalgas más hermosas!, eran muy bien torneadas, firmes, tan lampiñas que con el sudor brillaban, su anito era una maravilla que invitaba a jugar ahí con la lengua, y además comenzó a moverse de tal forma que me entró una excitación tan grande, un deseo tan desesperante de querer metérselo que mis manos por automático se apoderaron de mi pene para frotarlo, el negrito y el nalgón comenzaron a gritar y acabaron juntos uno adentro de ano y el otro en el piso, sin poder resistir más acabé tan intenso que mi pañuelo apenas pudo contener tanto semen. Luego de ducharme me ...
    ... fui a dormir.  Ya muy de madrugada comencé a soñar que el negrito de la película me tomaba por atrás, besaba mi cuello, mi espalda, mis nalgas, mi ano, me ponía de espaldas en la cama, abría mis piernas por completo y luego de lubricar muy bien su tremendo pene me lo ponía a la entrada de mi ano, yo le miraba con una mezcla de deseo y temor, empujó y yo dí un grito que más bien fue un alarido, él me tenía fuertemente tomado por las piernas, y con un empujón de sus caderas me taladró por completo, sentí que me partía en dos, gritaba desesperado pero no había compasión, sentía salir la cabeza de su pene por mi garganta pues mis gritos ahora sonaban ahogados, le miraba con ojos llorosos de dolor, como suplicándole que parara, pero no fue así, aumentando sus arremetidas empujó aún más y más hasta que no quedó nada afuera y acabó con tanta intensidad que me quemaba su semen los intestinos. En ese momento desperté, muy asustado encendí la luz de mi dormitorio, me puse de pie y cuando fui a caminar un fuerte dolor en mi ano me dejó clavado en el piso, no podía dar un paso, era demasiado el dolor y sentí un intenso deseo de ir al baño, pero antes miré puertas y ventanas de mi pequeño departamento y todo estaba muy bien cerrado por dentro, ya paranoico, busqué el el closet, muebles y NADA, no había nadie; me dirigí al baño y recién me doy cuenta que por mis piernas chorreaba un líquido pegajoso y espeso, me senté en la taza y luego me metí a la ducha, ya seco miré en la taza y para mi ...
«12»