1. La secretaria de mi esposo


    Fecha: 30/11/2017, Categorías: Confesiones Autor: candy, Fuente: CuentoRelatos

    ... contarlo. Creo que termine unas dos veces más estando adentro; estaba tan apretado cuando entraba que creí que me iba a volver loco. Jenny gemía tan fuerte que me daba nervios pensar que tu pudieras visitar la oficina en ese momento y descubrirnos, pero aun eso me excitaba más. Terminamos como a las dos horas y yo me quedé como loco, no podía concentrarme en mi trabajo, y me sentía agotado. “Te acuerdas”, dijo mi esposo, “esa fue la noche que te cogí bien rico y terminamos como dos veces?” Claro que me acuerdo! yo también me imaginaba ver a mi esposo con Jenny en esa ocasión. Por eso termine dos veces. Mi esposo siguió contando: De allí en adelante Jenny venia mas y mas seductora a la oficina. En algunas ocasiones con la ropa tan delgada que le veía su pussy marcado, y sus ropas intimas mas y mas sensuales. Seguíamos trabajando y ella seguía poniéndome caliente con sus miradas y parando la cola cuando se agachaba a darme los documentos. De vez en cuando le tocaba las nalgas sobre la ropa y otras, cuando traía falda, que era seguido, le metía la mano y tocaba su pussy mojado. Algunas veces cuando tu estabas allí, me salía a verla por el cuarto de archivos y la cogía y le tocaba su rico culo. Me tenía loco de excitación, hasta que una tarde de esas que llegaste a la oficina, se acercó a dejarme unos papeles y me paso una nota. Me dijo que ya no aguantaba y que en cuanto salieras tú de la oficina, iba a regresar para ir conmigo a algún lugar con la excusa de salir al banco a ...
    ... entregar unos documentos. Te mentí, si, pero así lo hicimos y fue el día que te dije que estaríamos fuera de la oficina por ir a unos asuntos del banco, y que Jenny tendría que ir conmigo para firmar. Jenny tenía todo planeado, traía una falda muy corta y se le veían sus sensuales piernas y sus nalgas bien paradas que se movían con sensualidad cuando caminaba, y claro, ella sabía que me ponía caliente. Salimos al auto, y cuando se subió, se le levanto un poco mas la falda, y ella no hizo intento por bajarla. Se le veía la punta del hilo y un poco de su pussy. Ya me traía caliente y se me hincho el pene otra vez, me sentía tan excitado que no podía ni manejar. Llegamos a un apartamento que resultó ser el de Jenny, y allí me dijo, bajemos, tengo algo para ti. El lugar no era muy grande y su recamara estaba casi a la entrada, así que me pidió que entrara y yo ya estaba caliente. Se me acercó y me beso suavemente otra vez y poco a poco metió su lengua. Me besaba y me dejaba que yo le tocara las piernas y las nalgas, primero por encima de la falda y con sus suaves movimientos de cadera frotándose contra mi pene, mientras yo le subía la falda. El hilo de su tanga estaba bien metido y su culo estaba suave, firme y bien parado. Le comencé a meter el dedo en el culo y me excitaba cuando ella me rozaba su vagina en mi pene. Me llevó suavemente junto a la cama y saco mi pene por el cierre de mi pantalón acariciándome unas cuantas veces y luego me sentó en la cama. Ella se sentó en mis ...
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