1. Con mi amiga Ileana


    Fecha: 02/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: arandi, Fuente: RelatosEróticos

    Ayer fue un día especial para mí. Tuve una experiencia que no había experimentado antes y que espero volver a repetir. Había ido a casa de mi amiga Ileana pues habíamos quedado en estudiar juntas para el examen de física que se aproxima. Ambas estudiamos en la misma preparatoria. Victoria, su mamá, tuvo que salir de compras por lo cual nos quedamos solas en la casa. Ileana, que no es nada tonta, supo aprovechar la ausencia de su madre e inmediatamente llamó a Federico, su novio, invitándolo para que acudiera a la casa. En unos cuantos minutos Federico llegó. Tras tocar el timbre Ileana fue corriendo muy emocionada a recibirlo y lo llevó hasta el comedor donde estábamos estudiando. Ileana me lo presentó y yo lo saludé, es un chico muy guapo; ancho de espaldas; alto, delgado pero bien tonificado. Ellos empezaron a darse de besos y a fajarse con mucho entusiasmo frente a mí así que yo, para no hacer mal tercio, decidí ir por una bebida a la cocina y así dejarlos solos un momento. A decir verdad, me di cuenta que eso daría por terminado nuestra sesión de estudios pues, a no ser que regresara Doña Victoria, estos dos no se ocuparían de otra cosa que de demostrarse su cariño. Cuando regresé al comedor se me escapo de la boca el último trago que le había dado a mi bebida tras la sorpresa que me llevé, pues yo tenía razón. Ileana, sin ningún escrúpulo, ya le chupaba el pene a Federico quien, sentado en una silla del comedor, se le veía disfrutar muy rico lo que le hacía mi amiga. ...
    ... Él, con una vieja cámara desechable (del hermanito de Ileana), le tomaba fotos a mi amiga, mientras ella le daba tremendos chupetones que resonaban por su intensidad. Me ganó la risa y ellos ni se inmutaron por mi presencia. �Veo que no pierden el tiempo, chicos �les dije. Ellos siguieron con lo que estaban y yo me acerqué a recoger mis cosas de la mesa y me dispuse a despedirme. Sin poder contener mi curiosidad, me acerqué para ver el tamaño del pene de Federico. �¡No manches, de verdad que no mentías sobre lo bien dotado que está tu chico! �le dije a mi amiga al ver el tamaño de lo que se estaba comiendo�. Bien, pues me voy. Nos vemos el lunes, no dejes de seguir estudiando para que me pases las respuestas Ileana. Me dirigí a la puerta. �¡Oye, no te vayas! �me dijo Ileana. �Sí, espérate �coreo la voz de Federico. Al girarme para verlos noté que Ileana, con una sonrisa pícara en su rostro, sostenía la verga de su novio. �¿No te gustaría probarlo? �me dijo mi amiga. �Sí, ven, aprovecha que Ileana no es envidiosa �dijo Federico muy sonriente. La verdad no pude resistir tal invitación y, dejando mis libretas y libros a un lado, me hinqué y lamí aquel trozo de carne que se me ofrecía. Su sabor era salado y su textura esponjosa «¡Hmmm� era un manjar delicioso!». No me importó que Federico también me tomara fotos, total como era una vieja cámara tendrían que ser reveladas y no creí que eso pasara. Mientras mi amiga le bajaba el cuero, yo trataba de tragármelo por completo. Pude ver ...
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