1. OH, PAPILOC, DESPACITO


    Fecha: 02/07/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Alejandrogusta, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... cabecita y palabras suaves logré que me dejara abrazarla y la cubrí con la sábana.
    -Qué pasa mi amor ¿Por qué estás desnudita, mamita? –le dije…
    -El Papiloc me dijo que tengo que dormir así si quiero ser feliz…
    -¿Desnudita?.
    -Sí Papilín…
    -Que loco…
    -Papilín vos no queres ser feliz?.
    -¿Por qué lo preguntas, mi amor?.
    -Porque vos estas vestido, Papilín… El Papiloc siempre se acuesta sin ropas…
    -¿Vos lo viste desnudo a tu Papiloc?.
    -Sí, Papilín.
    El Papiloc tiene un pipio que se llama trompita y tiene muchos pelitos, por todos lados tiene pelitos el Papiloc… -la nena siguió contando – El pipio del Papiloc es suavecito y se pone gordote y grande si yo lo toco… ¿Vos tenés pipio, Papilin?.
    No sabía cómo reaccionar.
    Estaba alterado.
    De pronto la nena comenzó a llorar de manera inconsolable.
    -¿Qué pasa mi amor? ¿Por qué lloras mamita?.
    -Lloro porque vos no querés ser feliz Papilín…
    -No, mi amor.
    Yo quiero que seamos felices los tres, vos, tu hermanita Vero y yo…
    -Entonces ¿Por qué no te sacas la ropa?.
    -No es necesario, hijita.
    Desde que mamita se fue al cielo yo me pongo pijama para dormir.
    Además no es bueno que me vean desnudo, Vivi…
    -El Papiloc dice que no es malo… El me deja tocarle su pipio y me pide que le de besitos y él me besa mi chochin…
    Estaba más que impactado.
    Me imaginaba al gringo pidiéndole a su hija que le bese el pene y metido entre las piernitas de la niña besándole la vaginita.
    El llanto de la nena fue increscendo al punto en que para ...
    ... calmarla y en un estado de sobreexcitación me quité el saco del pijama y eso la calmó más como no hacía nada más ella misma tiró del lacito del pantalón y lo soltó.
    No me quedó otra que quitármelo.
    La nena se sonrió.
    Entonces la atraje hacia mí, la acuné en mis brazos y apagué la luz para dormir.
    Estaba cansado y me dormí.
    Me despertó una sensación placentera y húmeda.
    Desde la muerte de mi mujer que no tenia actividad sexual.
    Encendí la luz… Entre mis piernas abiertas, sosteniendo con una manito mi miembro que tenía el glande en la boquita y con la otra acariciando mis testículos estaba la nena.
    Casi puedo ver esa postal.
    Mi cuerpo peludo desnudo, apoyado en mis codos mirando a la nena entre mis piernas peludas con mi falo palpitante y duro lamiéndolo.
    Dejó de chuparme el pene y me sonrió.
    En dos movimientos se subió sobre mi panza a caballito.
    Podia sentir el calorcito de su vaginita acariciada por mis pelos…
    -Oh, Papilín… Juguemos al hico hico de la princesita… -mientras se hamacaba sobre mi panza.
    Sentí que todo el morbo del mundo me ganaba y la larga abstinencia me exigia terminar con ella.
    Tenia el pene mojado por la saliva de la nena y derramando litros de fluido.
    Sus latidos me estaban llevando por mal camino.
    Cerré mis ojos.
    La nena se deslizó hacia abajo y su vaginita caliente y mi sexo ganoso y baboso se encontraron.
    Con suavidad la presión del cuerpito descendente provocó la apertura de los pequeños labios y la gorda cabeza de mi pene fue como ...