1. UNIVERSITARIO 3


    Fecha: 02/12/2017, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... el cinturón y dejé caer los pantalones, para a continuación darme la vuelta. Aún llevaba los bóxers agujereados, tal como él me había ordenado por whatsapp. Me separó las nalgas del culo, se rió, y comprobó que, tal como me exigió, aún llevaba el dildo. Había pasado toda la noche con eso entre las piernas, y ya se me había acostumbrado el culo a él. Lo agarró de un extremo y empezó a estirar. El dildo fue saliendo poco a poco de mi culo, pringoso y babeado. Cuando llegó al final, hizo un sonoro ruido y me dejó una sensación de vacio en el interior "Se te da bien esto de seguir órdenes, perra. Me vas a servir bien". A continuación se bajó el pantalón, se bajó los slips, y ahí tenía su buen cipote colgando, semierecto, baboso. Le tenía una mezcla entre asco y admiración. "Te voy a dar una opción. Puedes agacharte, ponerte de rodillas, y mamarme la polla, con tus manos en la espalda. Aceptar todas las consecuencias que ello conlleva. O puedes girarte e irte, y aceptar todas las consecuencias que vendrían detrás. Piénsatelo, tienes cinco segundos" La mente se me llenó de pensamientos. Las ideas se me cruzaban en la cabeza, iban y venían sin orden. Me quería ir, lo estaba deseando, no quería estar ahí ni un segundo más. Eso pensaba al menos la cabeza, pero no más abajo. Era recordar el fuerte aroma que desprendía su polla y perdía el conocimiento racional. Sin darme cuenta habían pasado esos valiosos cinco segundos. "Muy bien pues, si eso es lo que quieres..." Pablo empezó a ...
    ... agacharse para coger los calzoncillos y los comenzó a subir. "Espera!" Fue entre un grito ahogado, un ruego y un susurro. No sabía ni lo que había hecho. Aceptando lo que yo mismo había hecho, me acabé de arrodillar ante él. Yo mismo le bajé los pantalones que tenía medio subir. Coloqué mis manos en la espalda y empecé a chupar. Le devoraba la polla como si no hubiese mañana, lamentando los cinco segundos en que había dudado dejar de tenerla entre los labios. Realmente la adoraba. "Si es que lo sabía. Sólo lo hacía para ver tu cara de sufrimiento al irme, pero pensé que vendrías a rogarme más tarde o por whatsapp. No pensé que fueses a lanzarte tan pronto. Realmente sé elegir bien a mis putas". Mientras le mamaba la polla, alguien entró por la puerta de los baños. Me quedé helado. Yo estaba arrodillado ante Pablo, y éste no tenía intención de que dejase de mamarsela. Me miró con una mirada cómplice, dejándome entender que si quería, podía levantarme, pero no podría arrodillarme nunca más. Temblando de terror continué la mamada, silenciosa. Encogí las piernas para que no se pudiesen ver desde fuera, aunque era inútil: los cubículos eran demasiado pequeños. Cuando los zapatos del intruso pasaron por al lado, Pablo agarró mi cabeza y me introdujó toda la carne hasta el fondo de la garganta. Los pelos púbicos me rozaban la nariz, y los huevos me chocaban con la barbilla. Empecé a producir una cantidad exagerada de saliva, y no podía ni respirar. Estuve en esta posición hasta que el ...