1. Una ciega chancha y putita (Tercera parte)


    Fecha: 05/12/2017, Categorías: Fetichismo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... manzanitas apetesibles. Luego, a la altura de Escobar le metí mano por adentro de la calza y le colé dos deditos en la concha, a la vez que con mi pulgar le punzaba la tela de su culote para que se le moje todo con el devenir de sus flujos. También le puse su mano adentro de mi bóxer para que me estimule el pito con una paja terrible, tanto que se la llené de leche en cuanto la oí decirme: ¡cómo me calentás hijo de puta, qué alzada me tenés, pajeame toda, chúpame la teta otra vez! Menos mal que no había mucha gente, y que la mayoría se echaba una siesta monumental. Se lamió los dedos enlechados mientras tomaba gaseosa con un sorbete, y se sentó en mi falda para darle fuerzas a mi verga con la danza de su colita. En cuestión de minutos mi tronco erecto reposaba entre su bombacha y su zanjita caliente, aprovechando sus movimientos, las sacudidas del bondi y los jadeos que intentando apagar masticando un chicle, ya que mis dedos le pellizcaban los pezones por su propia voluntad. Llegué a bajarle un poco la calza para pajearla, y sentí cómo sus jugos avanzaban en tropel sobre mis dedos entumecidos de ...
    ... tanto frotarle el clítoris, algo incómodo pero con suficiencia, cuando tuvo un orgasmo que la estremeció. El viaje de vuelta fue más tranquilo, aunque volvió a pajearme hasta quedarse con mi quesito untable. Regresé a saborear sus tetas pero ahora de a una, y encontró un nuevo orgasmo cuando se hizo pichí encima mientras mi pija casi se le metía en el culo y mis dedos la masturbaban. Los últimos días de esa perversita en mi camino fueron los que me hicieron tomar decisiones fuertes. Casi me echan de la banda por faltar a un par de ensayos, me perdí el cumpe de 15 de mi cuñada porque, le mentí que tenía un show en Bragado, y con mi novia las cosas estaban cada vez peor. Como yo tenía la posta de que me cuerneaba, y no solo con un compañero de la consultora en la que trabajaba, creo que consideraba justo a mis andanzas con la ciega. Pero realmente, me calentaba cada vez más su olor a putita, sus chanchadas a disposición de mi billetera morbosa y el calor de su concha a punto caramelo si se trata de coger. Y además era una diosa comiendo pijas la sucia! Pero naturalmente hubo un poco más de mi Ayelén. fin 
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