1. Curiosidad y algo más


    Fecha: 09/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mejores amigos,y por primera vez ese pensamiento, lejos de agobiarme, me puso aún más. Ella me sacó la camiseta mientras me metía la lengua en la boca, y antes de que pudiera reaccionar ya me estaba quitando los pantalones. Así que con un hábil movimiento me la quité de encima, la senté en el retrete y le empecé a quitar yo los suyos. Ella seguía jadeando mientras me miraba, con expresión decidida. Le bajé las bragas, le di un lametón a su coño y la miré, sonriendo divertido. Ella no estaba para gaitas y, además, le había entrado bastante prisa, así que me sujetó la cabeza y se dejó hacer. Abrió más las piernas permitiéndome el acceso a su coño, a esas alturas combletamente humedecido, yo no me lo pensé demasiado y le metí toda la lengua, intentando encontrarle el clítoris. Por lo visto, lo encontré, porque ella empezó a moverse adelante y atrás mientras soltaba un grito ahogado que gracias a la música de fuera no resultó demasiado evidente. Seguí otro par de minutos con la lengua metida en su coño, y aún le dio tiempo a correrse otra vez. Decidí pasar a temas mayores: busqué mi cartera en el pantalón (en el suelo, a escasos centímetros de donde me encontraba) y saqué un condón que nunca hubiera pensado que iba a usarle en esa situación. Mientras me lo ponía, Laura arrugaba un poco el gesto y recordé las palabras de Alberto. Así que tuve que calentarle la oreja diciéndola que no se preocupase, que si la hacía daño me lo dijera, en fin... mientras la convencía me fui ...
    ... colocando en posición, sentado de nuevo y ella, desnudita,a punto de sentarse sobre mi polla, que a esas alturas había adquirido un tamaño considerable. Así que cuendo menos se lo esperaba, me cogí la polla por la pase, la empujé del hombro hacia abajo y se la metí casi entera. Ella puso una cara entre dolor e indignación pero la Naturaleza es sabia y el sexo tiende a gustar, así que al poco rato ya estábamos follando como si nos fuese la vida en ello; yo me puse otra vez a mordisquearle los pezones y ella echaba la cabeza para atrás y ahogaba gemidos mordiéndose el labio inferior. Un cuadro,vamos. Cabalgaba que daba gusto verla, con las tetas botándola en un movimiento que me pareció, inexplicablemente, muy cómico, y estuve a punto de reírme. Ella se corrió poco antes que yo, se le escapó un grito y justo después me corrí yo, apreté su culo con mis manos y me sentí de puta madre. Nos quedamos así un rato, medio abrazados,hasta que ella se incorporó, recogió su ropa y empezó a vestirse. Joder, pensé,ni una sola palabra amable,cómo estás,cielo,¿te gustó?,¿repetiremos? Nada. Así que yo también empecé a recopilar mi ropa, desperdigada por el baño. Acabó de vestirse, se arregló el pelo, me besó en los labios y salió del baño. Ni siquiera se despidió de la gente, porque salió directamente a la calle. Había quedado con Alberto, según me enteré después. Yo volví con el resto de la gente que quedaba en la fiesta, los muy pardillos no nos habían echado de menos a ninguno de los dos...y aún ...