1. LA DAMA DE BLANCO - LA DIOSA GATA


    Fecha: 07/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Tus Relatos Autor: roberto, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... me consideraba atractivo, alto 1 70 con 70 kilos, piel blanca, pelo algo rojizo y lo destacado son ojos verdes que vienen de mis ancestros maternos, de mi amada madre, soy algo musculoso por el gym, pero nada especial para las mujeres. Quizás mi personalidad las ahuyentaba, pero a lo mejor alguna vez, una se sienta atraída por mí y por supuesto yo me sienta atraído por ella. Lo cierto es que venía de una experiencia amarga, Hacía un año una mujer joven se acercó a mí, Yo era soltero, buen sueldo y casa propia. Y Áster una ex compañera de escuela que reencontré en una fiesta de ex compañeros de colegio, seguramente vio la oportunidad de echarme redes y yo por mi inexperiencia e ingenuidad acepté salir con ella.
    
     La verdad me sentía muy bien con Áster, era no muy alta, delgada, blanca, cabello rubio rojizo, tetas chicas (como a mí me gustan), culo redondeado, buenas piernas, buenas caderas, sonrisa simpática y linda figura. Cuando ella llegaba salía el sol, siempre alegre, simpática y dispuesta a ayudar y en fin, irradiaba tanta aureola dorada que me deslumbró. Estaba llegando el verano y me propuso ir juntos a la costa del mar, haciendo coincidir las vacaciones de ambos, lo que me pareció bien, reservé quince días de hotel, dos pasajes en avión y todo eso me salió una pequeña fortuna sin que Áster amagara siquiera compartir algo del total. Pero yo como dicen, el amor es ciego, por lo que no reproché ni hice comentarios desagradables. Lo cierto es llegamos al hotel nos ...
    ... asignaron habitación y fuimos a cambiarnos. Ya dentro de ella Áster me dijo estaba cansada del viaje e iría a dormir después de pedir en el cuarto una pequeña merienda. Yo fui al baño y tuve que masturbarme y correrme o acabar dos veces, cosa que no hago nunca, para bajar mi deseo y poder dormir. Lo cierto y para hacerla corta no tuvimos relaciones sexuales durante la estadía y al volver nos despedimos, ella me abrazó efusivamente y yo esperando nunca más volver a verla.  
     
    Aún estaba maldiciendo ser tan ingenuo, y por ello la única persona que visitaba era Consuelo una mujer mayor, de edad indefinida algo gruesa, morena, de pelo blanco que tenía una hija o sobrina no sé, de 20 a treinta años  que vivía a pocas cuadras de casa. Con Consuelo solía tomar el té en su casa, y me regalaba con algunos pasteles que horneaba, En algún momento quise darle dinero pero se negó terminantemente. La hija o sobrina se ocupaba de los quehaceres de la casa, con diligencia y amabilidad y era respetada por los vecinos.
       
    Las conocía hacía poco tiempo. Fue una época del fin del  invierno que aunque me sentía bien físicamente tenía terribles dolores de cabeza y pesadillas continuas, despertaba a la noche y en la oscuridad recordando un sueño recurrente, detrás de un velo espeso veía un dormitorio iluminado tenuemente por la luz de unas velas, con una gran cama matrimonial y una mujer hermosa cuyo rostro estaba borroso, desnuda con su ropa tirada al costado teniendo sexo, yo intuía la expresión ...
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