1. Mi cuñada se deja


    Fecha: 12/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi nombre es David, tengo 20 y la hermana de mi novia, Violeta, de 19, es una chica impresionante. Delgada, 1'60, 95b de pecho y un culo impresionante, es grandecito y duro. Un día mi pareja se fue de viaje con sus amigas al pueblo de una de ellas durante unos días y yo me quedé con Violeta en la casa de su hermano, que estaba un mes fuera por motivos de trabajo, para cuidar a los gatos y mantener la casa habitada. Teníamos horarios distintos en el trabajo, ella de mañana y yo de noche. El primer día llego de trabajar con una camisa abierta por el calor, enseñando un escote alucinante y unos pantalones de pinza. Todo esto con unas gafas de pasta y un recogido muy sensual (típica secretaria porno). Yo estaba en calzoncillos pensando que no llegaría hasta tarde. Me saludó con un abrazo y dos besos que prácticamente fueron en la boca. Mientras me contaba como había ido su día fue desnudándose hasta quedarse en ropa interior y yo la observaba y escuchaba. Mi pene comenzó a ponerse duro y ella lo notaba y cada vez iba provocando más y más. Subimos a la habitación porque ella tenía que ducharse y yo preparar las cosas del trabajo. Entró al baño, dejó la puerta abierta y se metió en la bañera sin coger la toalla de la habitación. Mientras yo me imaginaba a mi cuñada en la bañera ella me llamó para llevarls la toalla. No pude evitar mirar y ver sus pechos llenos de espuma y ella empapada. A los 5 minutos salió del baño con la toalla tapandola el cuerpo, o eso pensaba ella, porque ...
    ... dejaba ver su tremendo culo cuando andaba. Se sentó en la cama de espaldas y comenzó a vestirse con un short y una camiseta de tirantes que dejaba ver sus preciosos pechos por cualquier sitio de la camiseta. Astuto de mi aproveché para pedirla un masaje y ella accedió. Puse mi cabeza entre sus piernas apoyando la cara en su coñito casi introduciendo la nariz en el. Comenzó a masajear y a hacerme preguntas de todo un poco y retandome a darla yo un masaje como los que le doy a su hermana, que dice que son muy buenos. Comencé a mover la cabeza y puse mi mano en su coñito para apoyar la cara. Mientras se movía del gusto comenzamos a hablar de novios, sexo, etc. Me dijo que llevaba dos meses sin follar y que estaba siempre cachonda, hasta el punto de masturbarse un par de veces al día. Al oír esto moví el dedo que tenía sobre su coñito y la dije bromeando que yo la ayudaba. Ella me pidió que parar pero hice caso omiso, ella se empezó a enfadar por la importancia. Justo sonó la alarma y me fui al trabajo. Al día siguiente fue exactamente igual, llegó medio desnuda, se quedó en ropa interior y se tumbó en la cama boca arriba pidiendome un masaje como los que le daba a su hermana. Yo accedí y me senté sobre sus muslos echandola lubricante en la espalda mientras ella movía el culo del frío. Comencé a masajear, quitándola el sujetador, bajando por su espalda y subiendo por su costado rozando sus pechos. Cada vez que hacía esto ella se levantaba un poco para que pudiera introducir bien mis ...
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