1. Violé a mi Jefe


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sentí mucho dolor. Le di una bofetada y me paré furiosa. Con la punta de mi zapato le di una patada en sus pelotas y le dije: "Mira cabrón, me vas a dar placer y me vas a obedecer, si no quieres que te arranque esos huevos luego de habértelos molido a patadas" El tipo pegó un quejido profundo y se retorció, la erección que mostraba desapareció de inmediato. Mientras se recuperaba me quité el brassier y comencé a frotar mis senos y a pellizcar mis pezones. Mirándolo allí, sentí de pronto una gran excitación al verlo sometido a mis deseos. Se me cruzaron por mi mente crueles pensamientos que aún me hacían excitar más y más. Me senté de nuevo sobre su cara y cogiéndolo de sus cabellos con fuerza le introduje su nariz en mi raja: "hazme venir, hazlo bien". El comenzó a lamer mi cuco, a lenguetear muy hábil. Se relajó y comenzó a disfrutarlo para mi beneficio. Su lengua recorría cada parte de mi raja con fiereza y mis jugos comenzaron a fluir copiosamente y él los devoraba y seguía explorando mis labios y mi clítoris con sus dientes y su lengua. Mis senos estaban completamente erectos y mis manos recorrían su redondez hasta que mis dedos llegaban a mis aureolas y pellizcaban mis pezones tiesos. Breves quejidos de éxtasis salían de mi boca y yo sentía que ya llegaba a mi primer orgasmo. Entonces el comenzó a lenguetear más copiosamente y a querer penetrarme con su lengua, yo me levanté un poco y me corrí hacia delante de tal manera que él pudiera recorrer también el orificio de ...
    ... mi ano. El lo hizo de maravilla, primero en círculos y luego con la punta endurecida de su lengua me chuzaba el orificio con unas estocadas maravillosas, hasta que no pude más y me corrí en su cara que quedó completamente empapada con todos mis fluidos vaginales de un gran orgasmo.Sabiéndolo a mi disposición, no podía dejar pasar la oportunidad para conseguir muchos más orgasmos, así que di media vuelta y dejé mis nalgas entre su cara para que siguiera trabajando mi ano, que tanto me había gustado, y encontré su pene hinchado, vigoroso, fuerte y grueso como un tronco venoso y carnudo, de un glande tan liso y grande como un gran hongo rojo y carnudo. "Humm, qué delicia tienes, ahora entiendo por qué les gusta a tus amigas pasarse tantas tardes contigo, ahora ese trozo de carne también será mío", le dije. Noté que en la punta tenía una gotita de semen y comencé a esparcirla con mi dedo sobre todo su glande. Eso le fascinó. Llevé ese dedo a mi boca ychupé y a la vez puse saliva en él y seguí haciendo lo mismo. Él seguía intentando introducir su lengua tiesa en mi ano y yo seguía disfrutando su gran verga erecta. La agarré y no cabía en mi mano, comencé a sacudirla, hacia arriba y hacia abajo, con rítmico impulso y luego mis dedos llegaron a sus huevitos esféricos y henchidos y los agarré con gran pasión. El soltó un "pujh!" y yo apreté aún más. Sentía gran placer y éxtasis al saber que tenía toda esa virilidad en una mano. Entonces seguí apretando con más fuerza y sobándolo en ...