1. Sofía Ardiente Volcancito, Cap. 8.


    Fecha: 15/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... orgasmear, ya que así me vengo más rápido, pero no me lastima para nada, y eso que tengo muy chiquita mi partecita. Al. - - - Ah, pero ¿lo tiene como papi José?, de grande y grueso o es más chico su pene de pa’ g. . . . . , ya que dices que no te lastima nada. Sa. - - - Ay Aleida ya me estoy calentado también de decirte estás cosas, pero sí, también pa’ g. . . . . , lo tiene de buen tamaño, e igual de ancho, y muy suave, aunque cuando lo tiene rígido esta cómo hueso, bien duro. Al. - - - Ay manita, haber cuando me invitas un fin de semana, a quedarme allá con tu pa’ g. . . . . , haber sí me hace cositas como a ti, o dile que quiero estar con ustedes jugando, ¿sí? Sa. - - - Bueno. ¡sí quieres!, pero antes piensa que le vas a decir a papi José de que te vas a ir a quedar conmigo allá, ya vez que es bien celoso contigo y con Sofía, ¡piensa y me dices! Al. - - - Sí, le diré que vamos a una fiesta cerca de la casa de pa’ g. . . . . , y que me voy a quedar contigo allá, y pues Sofía no va, ya vez que a ella no la deja salir, sólo con él. Sa. - - - Bueno Aleida, ya vámonos te paso a dejar en la camioneta y me voy, estoy bien caliente, a ver si pa’ g. . . . . , no está como anoche cansado de tantas pacientes que vio el viernes y me hace rico, ya ando muriendo de ganitas, ¡vámonos! Al. - - - Sí tú te vas a desquitar con tu pa’ g. . . . . , ¡pero yo qué onda!, si estoy haciendo agüita, hasta siento que me brinca mi pepita. Ya en camino de regreso a la casa de don José, Sandrita quien ...
    ... manejaba y Aleida de copiloto, en un semáforo Aleida estiro su mano pasándola bajo la faldita de Sandra y se dio a darle una caricia a ese conejito por encima de su panty, quien antes de dar el siga igual la mano de Sandra fue a dar bajo las mismas circunstancias bajo de la de Aleida, la cual aparte de propinarle una buena sobadita encima de su bikini, y antes de que prendiera el verde, le dio un pellizco a la carnita alzada que manoseó por unos instantes, amén del brinco que dio la receptora de esa caricia, y a carcajadas ambas niñas se miraban con cierta lasciva, ya que las caricias habían hecho efecto en las dos, cerca de un boulevard y en una calle poco transitada se estacionó Sandra detrás de un tráiler que estaba estacionado también y cómo si fueran manipuladas esas manos se dieron a propinarse unas caricias en sus delicados sexos, que manaban esa viscosidad que es un elixir de diosas en pequeño, se dieron unos buenos besos, como si fueran hombre y mujer y las manos de ambas recorrían cada centímetro de piel, hasta detenerse en el punto de la intimidad de cada una, para ir metiendo las manos entre piel y prenda y darse unas buenas caricias que terminaban en gemiditos muy intensos los cuales por tener las ventanillas abiertas fueron escuchados por un hombre, el cual se encontraba dentro del tractor descansando y por el retrovisor del mismo vio, que los grititos semi-infantiles provenían de la camioneta estacionada atrás de su convoy, por lo que sigilosamente se acercó ...
«1234...10»