1. Cómo me enamoré de mi esposo


    Fecha: 15/12/2017, Categorías: Incesto Sexo Oral Autor: Dianquel, Fuente: CuentoRelatos

    ... yo y... no sé, me gustó lo que vi. Desde siempre he sido muy aventada con los hombres, si uno me gusta se lo digo y si no me gusta también. — ¿Qué es lo que más te gusta? Me preguntó. Estaba un poco nerviosa, pero ya había seducido a un hombre antes, había que hacerse un poco la difícil y más con alguien como él. — Acércate y te lo digo. Camino hasta estar a mi lado y ahora los dos estábamos cubiertos por el agua que caía de la regadera. Vi más de cerca y me quede más impresionada, su pene era oscuro, grueso y largo, su prepucio comenzaba a echarse hacia atrás y su glande se asomaba un poco, tenía un par de huevos todavía más negros que su pene y eran como dos naranjas de grandes. — Tu cosota, eso es lo que más me gustó. Dije al mismo tiempo que lo agarraba con mis dos manos, una masturbándolo y otra estrujando sus testículos. Él me agarró de las nalgas y sentí sus dedos rozando mi vagina y mi ano, él me obligo a acércame hasta el punto en el que mis tetas estaban pegadas a su pecho y me besó. Metió su lengua en mi boca, los dos apestábamos a alcohol y aunque tardé un poco yo también le metí mi lengua en la suya. Sentí como su pene estaba más y más duro, pero no llegaba a ponerse como piedra, como el de David. Yo separé mis labios de los suyos para tomar aire y entonces él me puso de rodillas, su pene semi-erecto rozó mi cara y lo agarré con una mano, lo apreté para ver si podía juntar mis dedos, no fue así. Y sin pensarlo mucho lo metí en mi boca, su glande era rojo y ...
    ... comenzó a ponerse duro en mi boca, no era buena dando mamadas, pero me encargué de pasear mi lengua todo lo profundo que pude, lamía el glande bastante y quise lamer más allá, pero me costaba, era muy grueso y me lastimaba un poco la boca. — Eres buena chupándola, Diana. Dijo eso y me tomó por la sienes de la cabeza y empujó con mucha fuerza su pene, sentí como si mis labios se fueran a partir y como mi garganta se abría, no podía respirar pero me mantuve así unos diez segundos, viéndolo fijamente a los ojos mientras él me mantenía así agarrada del cabello. Finalmente empujé fuera su pene y comencé a tomar aire. Él no me dejó terminar cuando sentí un fuerte jalón en mi cabello que me obligaba a verlo a la cara. Él tomó su pene mientras me jalaba el cabello con una mano. Apunto su uretra hacia mi cara y eyaculó en ella, nunca había visto a un hombre eyacular tanto. Habrán sido unos 15 segundos de corrida, un chorro con mucha fuerza, después otro y después otro más. Se me escurría de la cara, bajaba gracias al agua por mis senos, mi abdomen y llegaba hasta mi pubis antes de caer al suelo. Tomé el semen que me quedaba en la cara con las manos y lo junté todo, comencé a lamerlo de mis manos, era algo amargo, tenía un olor fuerte, pero mis pensamientos tenían ese sabor idealizado, nunca había probado nada así, pero pensé que era el sabor de un hombre. Él se arrodillo frente a mí y me beso, todavía tenía un poco de semen en mi boca, pero no le importó, sentí como sus manos recorrían mis ...