1. En el baño de la disco


    Fecha: 18/12/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa noche mi amiga Helena me invitó a una discoteca de moda en la ciudad. Me despedí de mi esposo con un beso y él aprovechó para pasar su mano por debajo de mi breve vestido. No se sorprendió al comprobar que yo no llevaba una tanga…Al llegar pedimos tragos, nos pusimos al día con los chismes y bailamos entre nosotras, rechazando a unos cuantos mocosos que se acercaban a nuestra mesa intentando sacarnos a bailar o algo más…Esa noche se me acercaron varios hombres. Ninguno de ellos era un verdadero caballero, sino que todos resultaron unos pendejos arrogantes que solamente me querían levantar para ir a coger…En un momento Helena aceptó una invitación para salir a bailar y me quedé sola en la mesa. Entonces salí a una especie de terraza, para tomar un poco de aire puro. La vista desde allí era cautivante; así que me quedé un rato absorta contemplando las luces de la ciudad.Un hombre se me acercó para pedirme fuego. Le dije que tenía un encendedor y comencé a revolver dentro de mi cartera. Cuando lo encontré, él encendió su cigarrillo y me ofreció uno, que acepté de buen grado. El tipo permaneció a mi lado, dándome conversación…Apenas apagó su cigarrillo, sacó del bolsillo un porro y volvió a pedirme fuego. Después de darle dos pitadas, le pedí que me convidara un poco.El efecto no tardó en aparecer. A los pocos minutos estábamos riéndonos sin sentido y hablando de cualquier tontería. La estábamos pasando muy bien y de pronto me preguntó si quería regresar adentro a bailar un ...
    ... poco.Al instante estuvimos los dos en la pista de baile.El chico de inmediato se pegó a mi cuerpo, moviéndose con sensualidad. Tal vez por el efecto de la hierba, yo también comencé a mover mis caderas sugestivamente y con un poco de agresividad. Comencé a moverme lentamente, al ritmo de la música y poco a poco me fui acercando más a él. De pronto giré y le di la espalda mientras me contoneaba de una manera casi depravada. El tipo no tardó un segundo en tomarme de la cintura y pagarse a mi cuerpo.Después de eso me desconecté por completo de la realidad y de todo lo que me rodeaba. Mis amigas después me dijeron que no se asombraron de verme bailar así; les pareció que yo estaba casi pidiendo a gritos que me cogiera un verdadero macho allí mismo en la pista de baile…De repente comencé a sentir la erección de verga contra mi trasero. Incliné mi cabeza hacia atrás, dejándole acceso para que su boca se acercara a mi cuello y, como si se lo hubiese ordenado telepáticamente, el chico comenzó a rozar con sus labios el lóbulo de mi oreja. A los pocos segundos ya estaba besando mi cuello, mordiendo mis orejas, mientras que con sus manos exploraba poco a poco mis caderas, mi abdomen, mis nalgas e incluso se aventuraba a rozar con mucha elegancia mi pubis expuesto.Yo seguía arrebatada y moviéndome como una perra en celo, rodeada de desconocidos que podían haberse estado deleitando con el espectáculo que estábamos dando. Pero a mí ya no me importaba nada…De pronto giré mi cabeza y busqué ...
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