1. La beata


    Fecha: 19/12/2017, Categorías: Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Sábado 5 de Agosto de 1972. En la sala de estar de una modesta casa gallega, sentados en un tresillo, mirando una televisión en blanco y negro, estaban Úrsula, una muchacha morena, pecosa, de 1.56 de estatura, gordita, de ojos marrones achinados, grandes tetas y unas ganas locas de follar, y su tío Alfonso, 38 años. 1.66 de estatura, moreno, delgado, con bigote y de profesión pastor. Enfrente de ellos, en otro sillón, estaba Enriqueta. 1.66 de estatura, morena, de pelo rizo castaño y corto, con unas tetazas y un cuerpazo, que Alfonso nunca había visto desnudo, pues Enriqueta era una Beata de misa y confesión diaria, y de las del misionero una vez a la semana, a oscuras, de acaba pronto, los sábados y si no tenía la regla. Enriqueta estaba con los ojos entornados. Vio como un dedo de su sobrina tocaba el pantalón de su marido a la altura de la polla. Vio como la polla reaccionaba al contacto y hacía un bulto en el pantalón. Luego vio como el dedo la recorría y la polla latía. La Beata sintió que su coño se iba humedeciendo. Alfonso mirando para su esposa, le dijo a su sobrina: -Es una pena que sólo traigas una semana de vacaciones, Úrsula. -Siempre la puedo alargar. Miraron tío y sobrina para Enriqueta, que los vio mirar y se puso a roncar. Úrsula le abrió la bragueta a su tío, (Enriqueta era la primera vez que veía la polla de su marido) la metió en la boca, se la meneó, se la lamió y se la chupó. Enriqueta, que no sabía que se hacían esas cosas, sintió como un pequeño río ...
    ... de flujo salía de su coño. Sintió un calor sofocante... Al final vio como del agujero del capullo de su marido salía leche y como Úrsula se la iba tragando. Su humedad ya traspasaba las bragas, el vestido y le daba brillo al tresillo de cuero rojo. Alfonso, guardando la polla, le dijo a su sobrina: -Ojalá tu tía me hiciera alguna vez lo que tú me acabas de hacer. -¡¿Nunca te hizo una mamada?! -Habla más bajo que te puede oír. Enriqueta roncó más fuerte. -¿Nunca te la chupó? -No. Es muy religiosa. -¿Y tú nunca le comiste el coño? -No, ni sabría hacerlo. -¿La atamos y te enseño? -La tentación es grande. -Pues anímate. Cuando se corra... Alfonso interrumpió a su sobrina. -Sin mentiras. Las mujeres no os corréis. -¡Manda carallo! -¡¿Os corréis?! -Claro que sí. -Voy por cordel. Unos minutos más tarde, Alfonso desabotonaba la blusa de su esposa. Enriqueta hizo que se despertaba. -¡¿Qué haces Alfonso?! -Te vamos a atar y a follar. Enriqueta se persignó y comenzó a rezar. -Padre nuestro... Alfonso la desnudó y vio lo cachonda que estaba su mujer. Tenía unas grandes tetas con grandes areolas negras y grandes pezones, y una gran mata de pelo castaño rodeando su coño. Úrsula le dio varias vueltas al cordel alrededor de su cuello y después le dijo: -Pon las manos detrás de la cabeza. Enriqueta las puso, se las ató y le dio unas vueltas más al cordel alrededor del cuello. -Abre las piernas. Enriqueta las abrió. Le ató sus pies a los pies del sillón. Úrsula vio que el coño abierto de su tía ...
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