1. huesped premiado


    Fecha: 19/12/2017, Categorías: Incesto Autor: deseosodeti, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuidado agarrando tu cabeza porque amenazabas con tu acción en provocar una eyaculación no deseada aun, te acostaste a mi lado y te retire tu pijama con delicadeza, te mire a los ojos profundamente, y nos besamos suavemente, ganando poco a poco más pasión nuestras bocas se exploraban ávidamente, mientras nuestros cuerpos se fundían en uno solo, me dedique luego a besar tu rostro, resbalando mis labios por tus mejillas ascendiendo a tus ojos, repase el circulo de tus cejas, jalándolas suavemente, y bese la cuenca de tus ojos, pase luego a tus oídos, besando el lóbulo y mordisqueándole levemente, después introduje la punta de la lengua en el canal auditivo, y note que te erizabas de pies a cabeza, baje a tus hombros, besando con ansias tu cuello, luego pase a tus pechos dando rodeos en las majestuosas colinas de tus senos explorando los alrededores olvidando deliberadamente tus pezones, me suplicabas con tu mirada que los premiara con mis labios y siguiendo tu implícita petición, atrape uno besándolos y chupándolos con ansias, me dedique a explorarlos y lamerlos a placer, después de mucho tiempo en los cuales les dedique especial atención, baje con cuidado por tu vientre tomando un sendero de delicados bellos que marcaban el camino d tu ombligo hasta tu triangulo, lo halle depilado, bese tu pubis acolchado suave y avance atraído por el delicioso aroma que me invitaba a tomar, llegue a tu sexo asemejaba una bella rosa recién florecida; tus labios mayores asemejaban los ...
    ... pétalos, y el pistilo coquetamente asomado protegido por los pétalos menores y embriagado por ese rico aroma, empecé a dar rodeos por la entrepierna, y sus alrededores limitándome a darle pequeños piquitos, plenos en el centro de tu sexo y volvía a los alrededores a la entrepierna y a la parte superior del pubis, después volvía y daba un piquito en tu rosita rica, hasta que ya desesperada me tomaste la cabeza y me dirigiste a tu cueva jugosa, me sumergiste en ella y me guiaste con tus manos que hiciera énfasis donde deseabas, con mis labios entreabrí sabiamente los pétalos mayores, y hurgue deliciosamente dentro de tu flor, con mi lengua inquieta llegue a tu pistilo inquieto le pase lengüetazos lentos y estudiados, y tome en mis labios chupándolo con avidez, tu agitación aumentaba y gemías y girabas la cabeza a ambos lados. Después de lamer mucho e inundar tu sexo con mi saliva mezclada con tu jugos, me acosté a tu lado y tu suavemente me cabalgaste sabiamente entrando a mandar con tus movimientos, te posaste y acomodaste mi miembro que quedo en contacto con tu fogoso clítoris y te moviste despacio friccionando rico por un buen rato, te moviste y embocaste mi cabeza en la entrada de tu cueva, la que estaba completamente lubricada, que se desbordaba esta humedad y llegara hasta la parte trasera de tus nalgas. te embocaste y empezaste a bajar suavemente viéndonos fijamente a los ojos con una miradas cargadas de pasión, y deseo entro ricamente mi miembro en tus cueva deliciosa ...