1. Buena maestra, buenos alumnos.


    Fecha: 21/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... yo frotaba mi pene sobre su raja hasta venirme en un mar de placer, que me hacía querer más a Carolina, los meses pasaban y siempre disfrutabamos de nuestros cuerpos, una vez, nuestros padres nos llevaron a casa de la auela, Rosa, y en casa, mientras veíamos la tele, Carolina se sentó sobre mis piernas y comenzó a moverse, mi verga reaccionó y ella, al sentir la dureza de mi verga, comenzxó a moverse lentamente de alante para atrás, yo no decía nada porque la abuela estaba en la sala viendo la tele tambien, me estaba martirizando que le dije: para mi Carol, para que me voy a correr, ella se levantó y echó a un lado su pantaleta y se sentó nuevamente, se arrecostó a mi pecho y me dijo, sacatelo, quiero que me lo pases por la raja, me asusté pero como la abuela era un poco mayor, no se daba cuenta, me saqué mi verga y Carolina se sentó nuevamente y apretaba con una de sus manos mi verga a la raja de su sexo, y yo le dabaen su clítoris, ella tenía su orgasmo y yo el mio. Cuando Carolina cumplió los nueve años, su cuerpo era diferente, era un poco más alta y sus pecho, eran un poco mas grandes, ya me mamaba la verga y aceptaba mi semen en su boca, cada día que pasaba, amaba más a Carolina, y una noche le dije: hermanita, no puedo más quiero meterte la vergam pero me da miedo, ella decía que quería saber que eras sentir un pene dentro de ella, hasta que una noche, cuando invitaron a nuestos padres al club de leones, decidimos, consumir nuestro amor, como siempre la mamé, por ...
    ... delante y por detrás, y cuando ella se vino en un orgasmo sonoro, le puse la punta de mi verga en la entrada de su vagina, la penetré lentamente y mi hermanita, abrió la boca y los ojos dejando escapar un grito que apagué con mi boca, lentemente entré en ella y permanecí quieto hasta que los musculos de su vagina, se acostumbraron a mi verga, ella me aruñó el pecho me comencé a mover con temor a dañarla, lentamente mi pene entró en ella y de la emoción, me corrí dentro de ella, me quedé apollado sobre mis manos, y ella, con los ojos cerrados, solo respiraba agitadamente, no se cuanto tiempo pasó, pero cuando ella volteó a mirarme, me dijo: hermanito, me dolio, le pregunté que si le molestaba mi pene sdentro de ella, me respondió, que se sentía raro, pero que le gustaba, a partir de esa noche, no parabamos de tener sexo, siempre llegaba temprano a casa ara estar con mi Carolia. Nuestros juegos y encuentros, eran una manera de demostrarnos que nos amábamos, pero, siempre hay un pero, una vez, que estabamos, haciendo uno de perritos, ya que nuestros padres había salido de compras y nos pidieron que cuidaramos de la niña, Sandrita nos descubrió en pleno acto, nosotros pensabamos que estaba durmiendo pero no, ¿qué hacen?, yo sentí que el mundo se me caía sobre mi espalda al escuchar la voz de la pequeña, Carolina se asustó mucho y dijo que estabamos jugando a los perritos, ¿puedo jugar tambien? preguntó, yo no sabía que hacer, pues, estabamos desnudos,cuando me separé de Carolina, ...