EL COLEGA DE MI HERMANO (7) Javi ... se Confiesa - Relatos Eróticos

EL COLEGA DE MI HERMANO (7) Javi ... se Confiesa

... constancia de lo que le hacian a su pobre hijo, y lo bien que lo pasaba, . para después él vicionarlo, y pajearse a gusto la polla recordándolo. Rafael: Quitate la ropa y empieza a magrearte el cipote, ponte muy cachondo putilla, hazte la mejor paja de tu vida mientras te miramos, quiero que nos pongas muy calientes a tu padre y a mí, y piensa en nuestros cipotes, lo buenos, lo ricos y deliciosos que están. Yo que andaba ya caliente, pensando en el trancazo que se le marcaba a Rafael en la entre pierna, empecé a pasar mi mano por encima de mi polla, desabrochándo el botón de mis vaqueros, metía y sacaba la mano de la bragueta, olisqueándo mis dedos impregnados y con olor a pre-cum. Me iba poniendo mas y mas caliente por momentos, bajé por completo la cremallera, liberé mi polla para pajearla sin parar, se me puso dura como el acero, gorda, inflada y venosa . ya estaba a mil por hora. Me terminé de desnudar entero, el cipote me dolía de la empalmada que llevaba, Rafael se acercó hacía mi, mientras mi padre se colocaba detrás de la cámara para grabarlo todo. Vi encima de mi cara un pollón fuerte, enorme, grueso y duro, sin decir nada mas me lo puso en la boca, comencé a comerlo sin parar, pasando mi lengua por todo aquel enorme capullo, como a él le hacía gozar, lamiéndo sin pausa desde el capullo bajando por todo el tronco hasta los huevos, deteniéndome en degustar la bolsa peluda, y metermelos enteros en la boca salivando con ganas esas bolas. Rafael gemía sin parar, su ...

... cipote se endurecía por segundos, mas y mas dentro de mi mamona boca, cada vez inyectaba mas velocidad a las embestidas, me agarró de los pelos que casi me los arranca, obligándome a tragar todo aquel cipote monstruoso a empujones. Me ahogaba, pero Rafael seguía empujando mi cabeza, haciéndome tragar sin piedad su polla, no tenía fin, nunca se acababa . hasta que mi garganta aceptó aquella tranca y le dejó paso ibre. Seguí chupándosela como su puto esclavo, que obecedece fiel a su amo, . un puto amo, que sin dejar de tirarme de los pelos por la parte de atrás de la cabeza, me embestía a pollazos con un movimiento sincronizado, que me empujaba hacia él, y después empujaba su polla hacia mí. Rafael: ¡Chupa niño . chupa! . Comeme la polla como solo tu sabes, hazme disfrutar como un cerdo. Ya sabes maricona, . la primera lechada me gusta regalartela en la boquita. Mi padre vino hasta nosotros, y sin sacarme el nabo de su colega de la boca, me colocó a cuatro patas encima de la cama con el ojete bien abierto. Me puso una mano sobre el culo y empiezó a acariciármelo, a explorarmelo, mientras iba bajando hasta mi ojete con un dedo, e iniciando un pequeño masaje que me excitaba cada vez más. Separó un cachete con una mano, y con la otra me introdujo un dedo en el boquete, me derretía de gusto, gemía de placer con los dedazos de mi puto padre, y el cabrón al escucharme, metía el dedo cada vez mas fuerte, y cada vez más rápido en un mete y saca. Papa: ¡Guarra, . que eres una puta guarra! Si ...