1. Me hacen tragar vergas y más vergas


    Fecha: 21/12/2017, Categorías: Gays Dominación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... lleva un paquete. Ay, me estremezco al recordar esa primera vez en manos de seis hombres, porque todo salió muy bien. Tío Eli y el señor Manuel me llevaron al club y me presentaron a los cuatro amigotes de tío. Estaban en el buffet, sentados a una mesa consumiendo bebidas y no había nadie más en el lugar, sólo el encargado detrás de la barra. -Bueno, muchachos, aquí está mi sobrino Jorgito… Él es mi amigo Manuel… Los “muchachos” eran vejetes de sesenta a setenta años, según calculé. Se pusieron de pie para darme una entusiasta bienvenida y tío Eli sugirió que saliéramos para estar a salvo de los oídos del barman. Ya afuera, en una galería frente a la cual estaba la cancha de bochas, tío Eli me fue presentando a los cuatro, que no dejaban de comerme con los ojos: el señor Anselmo, alto, flaco, de pelo canoso; el señor Gerardo, gordo y calvo; el señor Romualdo, petiso y robusto, de cabello escaso, y el señor Guillermo, de estatura normal, con gran papada y voluminoso abdomen. Yo les tendía la mano, pero ellos la desdeñaban para darme, en cambio, besos en las mejillas entre encendidos elogios: -¡Es un bombón el chico!... -¡Parece una nena de tan lindo!... -¡Tu sobrinito está para comerlo crudo!... -¿En serio sos tan putito como nos dijo Eliseo? –quiso saber el señor Guillermo y yo sentí que mis mejillas ardían: -No… no sé, señor… Me da… me da vergüenza… -contesté en voz baja y mirando al piso. Todos rieron hasta que tío Eli me tomó de una mano y el señor Manuel me rodeó la ...
    ... cintura con su brazo izquierdo. -Muchachos, les había dicho que Jorgito es de ustedes, pero tiene que ser todos juntos, con Manuel y yo también, así que pónganse de acuerdo cuando puede ser y me avisan. ¡Le vamos a dar una cogida fenomenal! Tardaron apenas unos pocos segundos en coincidir que sería al día siguiente y entonces el señor Manuel les dio la dirección de su casa mientras yo temblaba de nervios y ansiedad pensando que iba a ser usado por seis hombres. Esa noche casi no pude dormir, presa de los nervios, la ansiedad y el deseo. Era tal mi calentura que en plena madrugada me levanté y sigilosamente, para que no me escucharan mi padres, fui al baño y sentado en el inodoro me masturbé afiebradamente. Al día siguiente, cuando llegué a casa del señor Manuel puntualmente a las cinco de la tarde ya todos estaban allí: el dueño de casa, mi tío Eli y sus cuatro amigos del club, que apenas entré se me echaron encima y empezaron a manosearme entre expresiones obscenas. Me babearon la cara y esas ocho manos crispadas recorrieron mi cuerpo mientras tío Eli trataba de imponer un cierto orden y yo ardía de la cabeza a los pies hasta que por fin mi tío y el señor Manuel lograron controlar el ímpetu de los visitantes y entre todos me llevaron al dormitorio. Allí tío dijo: -Che, tranquilos, dejémoslo que se desnude; vamos, Jorgito, sacate todo… -me ordenó y le obedecí temblando mientras miraba las caras desencajadas y los ojos desorbitados de los señores del club. -Desvístanse, amigos… ...