1. En el Gyn


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Siempre fui heterosexual, hasta que no se que me paso. Me llamo Jorge, tengo 30 años, casado y padre de una niña de 2 años. Con mi mujer decidimos de que iba a empezar a ir al gimnasio, ya que me estaba poniendo fondón, entre mi trabajo, que soy ingeniero en informática y lo sedentario que soy en casa, la tripa se me estaba abultando, parece que tengo mas años de los que realmente tengo. Cerca de casa hay un Gym, bastante completo, con baño sauna y todo, siempre que paso por ahí hay poca gente, y me gusta. Cuando empiezo a ir, había de todo un poco, el monitor me puso una tabla de entrenamiento y una dieta. Me saludaba con todos, pero siempre se empatíza mas con uno que con otros. Siempre iba un hombre bastante mayor que yo, de unos 50 años, pero madre mía, que cuerpo, parecía tallado en piedra, unos brazos que parecían columnas, un hombre que disfrutaba levantando pesas, nadie de los que íbamos en su horario, levantaba los pesos que él. Eduardo, que así se llama, es un tipo muy simpático, no es para nada alto, pero el cuerpo que tiene, impone. Siempre esta dispuesto ayudar a quien necesite, y nos fuimos haciendo amigos. De vez en cuando salíamos a beber alguna caña, me contó que es separado, y que vive solo en su casa, yo le conté de mi familia. Siempre que estábamos en el sauna, Eduardo estaba desnudo, me llamaba la atención su polla, no era de esas que muchos dicen que les cuelgan, que miden unas cosas inimaginables. Su polla era mas o menos de mi tamaño, pero se notaba ...
    ... que dura podía ser bastante mas gruesa, se la notaba gruesa, y yo cuando Eduardo se secaba la cara, le miraba la polla y la imaginaba dura, pero a la vez me sorprendía de porque me atraía así su polla, si a mi me gustan las mujeres, nunca tuve relación homosexual con nadie, ni como activo ni como pasivo, pero la atracción que ejercía Eduardo sobre mi, me asustaba, hasta había fantaseado verlo follar a mi mujer. Pero la fantasía se me iba de la cabeza, empecé a imaginar que sentiría si Eduardo me metiera su polla por el culo, que sentiría dejando que Eduardo me folle?. Pero que me estaba pasando?, me sentía atraído por un hombre, me sentía mal, hasta el punto de dejar de ir al gimnasio para ver si se me pasaba. Pero no, no podía quitarme de la cabeza a Eduardo y su polla. "Hola Jorge, que te ocurre que no venís al gimnasio?", me dijo Eduardo por teléfono, le dije cualquier cosa, que ni a mi me sonó creíble, pero por no ser descortés le dije que venga a casa, cuando llega, se lo presento a mi mujer y vi como Zara se lo comió con los ojos, porque realmente Eduardo atraía la atención, aunque no se lo proponga, con su tremendo cuerpo y su acento argentino. Al otro día cuando vuelvo al gym, nos vemos con Eduardo, y nos damos un abrazo, terminamos de hacer la rutina y nos fuimos al sauna, mientras hablamos, no podía de dejar de ver su polla, hasta que se dio cuenta, "Jorge, que pasa que me miras tanto la polla?", me dijo, sin taparse, yo me puse rojo, "te gusta?", me dice, pasando su ...
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