1. Mis últimas experiencias con desconocidos


    Fecha: 27/12/2017, Categorías: No Consentido Hetero Autor: Ana Del Veliz, Fuente: CuentoRelatos

    ... vuelvo a cruzar porque en esta sociedad de mierda, las mujeres que amamos el sexo somos consideradas putas. Pero cuando me pongo tan alzada soy incontrolable. Esa noche necesitaba una pija sí o sí. Pensé en llamar a Javier, o algún otro de los tantos tipos que tengo agendado, y que sé que me tienen ganas. En lugar de tomarme otro colectivo fui a la agencia de remis y pedí uno hasta mi casa. Quería llegar lo antes posible. Me masturbaría, y si todavía estaba calentita llamaría a uno de mis chongos. Por suerte había un auto disponible en ese mismo momento. β€” El Ford negro que está ahí afuera. β€” me indicó la recepcionista, y yo me dirigí a él. β€” Hola. β€” lo saludé al remisero. β€” Hola. β€” saludó él. Parecía haber quedado desconcertado por un momento. Seguramente le gustaba mucho lo que veía. β€” ¿querés sentarte adelante? β€” Me propuso. Se trataba de un cuarentón con algunas canas que le quedaban bastante bien. Los pequeños ojos eran verdes, y parecían sonreír. De físico era bastante imponente: una mole cuadrada que emanaba rudeza. En el trayecto no paraba de mirarme las piernas, y las tetas. Me sacó conversación, y yo le contestaba con cortesía. El hombre no tenía ni idea, pero si no decía alguna estupidez enorme, sería su noche de suerte. β€” Está insoportable hoy el día. β€” dijo. Le perdoné su falta de originalidad, porque casi todos eran iguales al principio de una conversación. β€” Sí. β€” le dije. β€” debe ser difícil para vos trabajar todo el día en la calle. β€” Uno se acostumbra. ...
    ... Tiene su lado bueno. ¿Venís de trabajar? β€” Sí, se me rompió el auto, tengo que tomarme como tres transportes diferentes para llegar. No doy más. β€” ¿Y para cuándo tenés con el auto? β€”Mínimo una semana me dijo el mecánico. β€” contesté. β€” Pobrecita. β€” dijo. β€” ahora te voy a dar mi número para que me llames directamente a mi cuando necesites un auto. Qué rápido entregan sus números telefónicos los hombres, pensé yo. β€” ¿Me vas a hacer descuento? β€” dije, riendo. Descrucé mis piernas y el perdió su mirada en ellas, hasta que las volví a cruzar. β€” Puede ser. Si me llamás todos los días quizá te haga una promoción. β€” ¿y esa promoción se la hacés a todos tus clientes o sólo a las que les mirás las piernas? β€” Se las hago a las de lindas piernas, y bellas sonrisas, como vos. β€” dijo el remisero galantemente. β€” Entonces yo quiero doble descuento. Por mis piernas y mi sonrisa. β€” dije riendo. β€” Si fuese por mí, a una diosa como vos la llevaría a todos lados gratis. Pero tengo que darle un porcentaje a la agencia viste. β€” y además me imagino que le tenés que llevar la plata a tu señora esposa. β€” dije, señalado con la mirada a su anillo matrimonial, con cierta malicia. Él se puso levemente colorado. β€” Que esté casado no quiere decir que me haya convertido en cura. Estábamos llegando a mi casa. Me preguntaba si se iba a animar a hacerme algo. Si lo hacía, no me iba a quedar otra que cogérmelo. Estaba ardiendo. β€” Bueno. Esa es mi casa. β€” dije. β€” Mañana me aseguro de quedar libre a la misma hora para ...
Β«1...345...10Β»