1. Primitas putitas


    Fecha: 28/12/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Ailén, y hoy tengo 20 añitos rebalsados de sexo, lujuria, fiebre uterina y mucho fuego en la conchita gracias a Caro, mi prima de 29 que fue mi mentora, mi diosa suprema, mi luz en el camino y mi artesana en esto de la seducción. Todo empezó hace dos años, cuando vino a mi casa a tomar unos mates y a venderme unos cosméticos. Cayó con un guacho que parecía salido de una cárcel por sus tatuajes, sus modos y su lenguaje. Dijo que solo era un amigo, que la trajo para ahorrarle la caminata y que ya se iba. Pero enseguida él pidió ir al baño. Ella se me acercó y tartamudeó en mi oído: ¡no está tu hermanita en la pieza no?! y sin más los dos entraron. Yo me quedé asombrada, parada como una boluda con la yerbera y la pava escuchando el golpeteo de mi cama contra la pared, los gemidos de Caro y alguna que otra bofetada. No podía verlos, pero imaginaba a ese tumberito darle masita a mi prima, y me mojaba toda. No me animé a tocarme por miedosa, pero no me faltaron ganas. Cuando salieron, ella con gotas de sudor en la cara y él con la ropa desacomodada confirmé que se mataron a puro sexo, y me sentí rara. Apenas él se fue sin emitir palabras tras rechazarme un mate, las dos nos fuimos al patio a pispear la revista de cosméticos y lencería. Pero la normalidad entró en corto por mis venas cuando ella dijo suelta y sin preámbulos: ¡¿no querés acompañarme a putanear guachina?, estás muy perra y creo que podemos hacer mucho las dos juntas… tu sonrisa es re compradora! Ahí ...
    ... supe que Caro es prostituta hacía ya diez años, y su figura no lo aparentaba para nada. Me contó que se operó las tetas, que se compró el departamento, el auto y todos los muebles con la guita que hizo troleando. No quiso hablarme de su ex cuando le pregunté, y dijo que para ella los hombres son solo pitos de distintos tamaños, texturas, grosores y sabores, pero que todos tienen un valor. Me pidió que lo piense, ya que de paso podía hacerme unos pesos y pirar de mi casa para no lidiar con mi vieja y su alcoholismo agravado. Creo que a la semana le dije que sí, con temor pero muy ansiosa, y me llevó a su departamento. Los ojos no me alcanzaban para ver la cantidad de trajes eróticos de todo tipo, la ropa y los accesorios que tenía. Cuando entré me dijo con su antipatía natural: ¡desnudate y ponete esto, y dale que llegamos tarde! Era un jumper de colegiala, con bombachita y medias de nena, y me pidió que me haga dos colitas en el pelo. Cuando las dos estuvimos desnudas y de frente, tuve ganas de tranzarla. Pero no me atreví. Ahí me enseñó a fumar, y me explicó que las putitas lo hacen para que los hombres paguen más. De repente estábamos en un telo comiéndole la pija a un pibe re cheto, ella haciendo equilibrio sobre sus botas largas y yo en 4 sobre la cama. El pibe gemía en especial cuando ella le escupía los huevos y yo le apretaba el tronco lamiendo su glande, aunque sin meterlo en mi boca. Ella me sacó la bombacha, se la enredó en la verga y me obligó a chupar todo junto ...
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