1. Karina, el segundo encule de mi vida (2)


    Fecha: 30/12/2017, Categorías: Grandes Relatos, Erotismo y Amor Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo relacionado al sexo tenía ese lenguaje religioso, místico, limpio. Realmente me dijo algo así: ¡Quiero que me llenes de tu amor todos esos vacíos que tengo! – de esa manera se comunicaba conmigo y siempre que hacíamos el amor y que yo le hablaba de alguna manera sucio, con esas obscenidades que muchos solemos decir en la cúspide de esa emoción, Karina siempre me decía con una sonrisa, que regularmente era acompañada de quebrantos y gemidos: Tony, eres un loco. La noche que se me galardonaba con un premio en la compañía por un año exitoso de ventas y que coincidía con la semana de Acción de Gracias, al felicitarme se me acercó al oído y con su voz melosa y coqueta me dijo así con su aliento de aroma de champagne: Sr. Vicepresidente, yo soy su regalo, pídame esta noche todo lo que usted quiera. Vestía un atuendo color beige bastante pegado a su cuerpo, pues siendo una reunión oficial de la compañía, tenía más libertad para vestir y dejar esos atuendos ejecutivos. Ella era el centro de atención y era asediada de la mayoría de los hombres y otros ejecutivos de la empresa, los cuales no tenían idea que esa linda mujer me despertaba la mayoría de esos días, besándome delicadamente mis testículos y mí pene. Aquella era la rutina de cómo iniciar una mañana erótica haciendo el amor con esta linda mujer. Tuve que preguntárselo: - A mis 31 años, tú has sido la primera experiencia sexual con un hombre. Siempre me atrajeron las mujeres, quizá porque son más delicadas y tiernas al ...
    ... hacer el amor. Nunca imaginé a un hombre con manos sedosas como las tuyas, que me permitiera removerle sus vellos con cera, que me indicara que estaba dispuesto a complacerme con esas tonterías, que me mirara con esos ojos inquietos del deseo y que a pesar que dormíamos juntos, se contuvo para mostrarme respeto. Tus erecciones que procurabas ocultar o que pasaran desapercibidas me abrieron esa curiosidad. Sentía como tu glande rozaba ya sea mi torso o mis pechos cuando dormía contigo tan solo cubierta con mi camisa larga y mi pantalón corto, cuando la sentía crecer al rozar mis nalgas. Me excitó y comencé a ver algunas fotos de hombres desnudos, nunca me había llamado la atención de ver hombres desnudos y te comparaba a ti con todos ellos. Descubrí que tienes un pene precioso, y por lo que sé de sus hábitos, tú lo mantienes delicadamente rasurado y eso me excito más. Su tamaño y su grosor tienen esa delicadeza para mí y quise llenarlo de besos antes a que me penetraras. Me gusta como se ve, como luce, me gusta su olor y su sabor: es como una varita mágica que me hace sentir lo que nunca pensé sentir. Ese sentimiento era mutuo con Karina. Al igual a mi me encantaba darle placer oral. No sé cuantos minutos pasaba rozando delicadamente su clítoris y me anclaba entre sus piernas que me daban esa vista maravillosa de una pelvis plana y tersa, como si el dibujo o pintura de una obra de arte se tratara. Con Karina, nunca hubo encuentros a las ligeras. Los únicos encuentros de esa índole ...
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