1. Un día de éstos te voy a coger - Amo


    Fecha: 31/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Tabú Autor: jorgenicara, Fuente: xHamster

    ... hubiese deseado verlo. Ver los dedos acariciar aquel negro coño. Pero ver el bulto que formaba la mano de su madre debajo del pantalón, ver como se movía, oírla gemir, y sobre todo, ver otra vez aquella expresión de placer en su cara, era casi igual. Su orgasmo se desató y todo su cuerpo se tensó.-Mamá...me...corrooooo mira como me..corrooooEsta vez no se corrió solo. En cuanto Rosa vio el primer chorro de leche salir disparado con fuerza, estalló. Al unísono los dos cuerpos se tensaron y gozaron de aquel intenso placer que recorría sus cuerpos. El coño de la mujer se estremecía a la vez que la polla, ambos sexo soltando jugos de placer.Después, se quedaron lacios, sin fuerzas. Las respiraciones agitadas. Se miraron a los ojos. Luis sonrió. Y Rosa, después de varios días, también sonrió.-La próxima vez mejor me desnudo, que no hago más que mancharme la ropa.-Sí, será lo mejor - añadió su madre.Luis se dijo que había ganado. Ella no dijo que no habría próxima vez, que todo había sido un error. Nada. Sólo se quedó mirándole, con la mano aún dentro de las bragas.-Voy a cambiarme - dijo Luis levantándose de la cama.Dejó la ropa manchada en la lavadora, mientras su madre se quedaba en la cama. Lo oyó gritarle que se iba a dar una vuelta con los amigos y luego, la puerta principal cerrarse.La mano de Rosa continuaba en donde la había dejado. Su coño continuaba mojado. Se recostó en la cama y se masturbó otra vez, lentamente, cerrando los ojos. En su mente sólo había una cosa: ...
    ... La polla de Luis. Aquella preciosa polla, dura, desafiante, corriéndose. Revivía una y otra vez el momento en que Luis había dejado de pajearse y de repente su polla empezó a correrse sola. Aquellos espasmos, como se movía, escupiendo toda aquella leche.Se corrió, gritando, sabiéndose sola en la casa, y después, le entró el remordimiento de lo que había hecho. Era algo que se suponía que no debía pasar entre madre e hijo. A su cabeza acudieron toda clase acusaciones, de culpas. Pero también de escusas. Recordó, sin saber porqué, que Clinton se había escudado en que lo de la Lewinsky no había sido sexo. Y se dijo que lo suyo tampoco. Sólo era masturbación. No se habían tocado le uno al otro. Sólo se habían mirado.Así sería siempre. Si volvía a pasar, y sabía que volvería a pasar, sólo se mirarían. Eso no era sexo.Y pasó. A diario. En cuanto estaban solos, Luis empezaba a tocarse. Se miraban. Como había dicho, ahora se quitaba la camisa que llevara y se bajaba o quitaba los pantalones. Rosa no. Ella sólo metía una mano por dentro de sus bragas y se frotaba. Aguantaba hasta que notaba como Luis se tensaba y entonces se corría mirando como la polla escupía leche en grandes y potentes chorros, que caían sobre el pecho y los muslos del muchacho.Luis le decía siempre que le enseñara el coño, que se moría de ganas de volver a verlo. Rosa se negaba. Decía que estaba bien así. Que así podían seguir haciéndolo.-Venga mamá. Que ya te lo he visto, y tú me ves a mí la polla en todo su ...
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