Mis sobrinas Andrea y Natalia (2) - Relatos Eróticos

Mis sobrinas Andrea y Natalia (2)

... velocidad y luego limpió mi pene ablandado, antes de deslizarse a mi lado. Los dos estábamos sudando y respirando como si hubiéramos dado vueltas alrededor de la manzana. La besé probando mi semen salado en su lengua y luego la puse encima de mí, aplastando sus pechos contra mi pecho. 
Nos quedamos medio dormidos unos minutos y después Andrea se inclinó hacia atrás y agarró mi verga semidura y comenzó nuevamente a chuparla. Cuando mi verga estuvo dura, se arrodillo y lentamente la metió en su coño..
“OH DIOS MÍO, me vas a partir por la mitad y aún no estás completamente duro”, chilló mientras se hundía. 
Estaba tan apretada que solo pude deslizarme dentro de ella hasta la mitad a pesar de que estaba goteando mucho jugo. Cabalgó lentamente hacia arriba y hacia abajo, la maravillosa sensación de ver a mi sobrina, subir y bajar, desnuda encima de mí, me llevó de nuevo a la dureza total.
"Joder, joder, eres demasiado grande". Andrea se abrió camino lentamente hacia abajo hasta que pude sentir mi verga empujar contra su cuello uterino. "Estoy tan llena, estás empujando contra mi cuello uterino", gimió y comenzó a subir y bajar lentamente. “Oh, me corro de nuevo ”y su cuerpo se estremeció. Podía sentir su coño apretarse alrededor de mi verga casi continuamente. Cuando su orgasmo disminuyó, comenzó a montar mi verga de nuevo, esta vez con vigor. Mi verga ahora golpeaba contra su cuello uterino cada vez, y luego se abrió paso y se hundió hasta mis caderas.
Andrea gritó y se ...

... congeló contra mi pecho. No estaba seguro de si era dolor, placer o ambos.

"¿Estas bien?" Le susurré al oído.
“Joder, no puedo moverme, ¡es increíble! Se siente como si estuvieras casi en mi estómago ". Ella comenzó a rotar sus caderas lentamente asegurándose de que mi verga permaneciera en su cuello uterino. Su velocidad se aceleró y su clítoris se frotó contra mí enviándola al borde de nuevo. Su cuerpo se sacudió de nuevo y joroba mi verga haciendo que me corriera dentro de ella. Nos derrumbamos el uno sobre el otro besándonos y tocándonos antes de que ella se levantara y dejara que mi verga cayera libre con un plop descuidado. Estábamos empapados con el semen y el sudor del otro y el dulce olor del sexo flotaba en el aire.
"Oh, Dios mío, te amo", dijo. “Me satisfaces en muchos niveles, especialmente sexualmente.
"Yo también te amo, siempre lo he hecho", le respondí. Andrea también me satisfizo de muchas maneras.
Nos fuimos al baño principal y abrí la ducha. Nos duchamos juntos lavándonos suave y apasionadamente. Ella alcanzó mi verga y me puso duro de nuevo. Lo colocó entre sus piernas y, de espaldas a mí, apretó lentamente su coño contra mi verga. Agarré su pecho y masajeé su pezón. Andrea se inclinó hacia adelante y mi verga se deslizó por la grieta de su culo y empujó contra su agujero arrugado. Ella dejó de moverse y luego se apartó un poco de mí.
“No, tío Fer, no estoy preparado para eso. Tal vez en otro momento ”, y con una mano libre guió mi verga de regreso a ...