1. Por unas copas de más de mi sobrino


    Fecha: 03/01/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Erospopuli, Fuente: CuentoRelatos

    ... una teta lanzándose a chuparla como un hambriento. Le retiré la boca de mis pezones diciéndole que me besara. El me obedeció pero agarrándose la picha con una mano me restregaba el capullo por la entrada de mi almeja. Todo era muy diferente a la noche anterior, me asusté con la posibilidad de que se corriera al momento pues le notaba a tope, me separé de él y volviéndole a hacer prometer el secreto de lo que estaba sucediendo, le dije que le iba a dar mucho gustito: - Te voy a hacer una cosita que te va a encantar, pero no te corras. Pórtate como un hombre y aguanta hasta que yo te lo diga. Separada de Juanito un poco me extasié de nuevo con la visión de su polla toda tiesa. Me arrodillé en el suelo y cogiéndola con las dos manos, acerqué mis labios a su capullo. Le di unos golpecitos con la punta de la lengua en toda la corona; después la conduje para que entrara en mi boca. Mientras tanto le masajeaba los cojones renegridos. Entreabrí los labios y los saqué hacia fuera, como cuando las mujeres nos pintamos. Los aproximé al glande: y éste fue pasando al interior poco a poco y muy suavemente. En el momento que tenía su roja cabezota dentro de mis labios, le giré el tallo y con la lengua di una vuelta en sentido contrario. Realicé un movimiento de derecha para el tallo y de izquierda para el capullo. Me sentía como comiéndome una piruleta mientras Juanito se retorcía de placer, tuve que parar varias veces pues sabía que una chupada más era para él correrse. Después de una ...
    ... pausa más larga me la introduje entera en la boca hasta tocar con mis labios los pelos de sus vergüenzas. Succioné provocando el vacío, sacándola muy despacio. Sus antes diminutas y fina venillas aumentaron al máximo su grosor. ¡Qué empalme más gigantesco y que placer sentirle a tope de vigor y juventud esclavizado por mi boca. De pronto, con un tirón brusco, mi Juanillo sacó su cipote de mi boca ya que estaba a punto de correrse. - Tía por favor, déjame correrme en tu vagina, por favor que no aguanto más, déjame hacerte el amor que te quiero mucho. Se estaba portando como un hombre y yo como un putón verbenero. Le cogí de la minga a reventar y le conduje a la cama, las palabras sobraban y para entonces mi coño era una presa a punto de estallar de caldos chochiles, le tiré de espaldas y subiéndome el camisón me empalé en su verga follando a toda marcha. La corrida mutua fue casi instantánea, con la polla de Juanito hasta los ovarios me incliné para llegar con mis labios a los suyos para unir nuestras lenguas en desenfrenada orgía. Su picha seguía tiesa mientras me agradecía lo que había hecho por él y me juraba amor eterno. Podría haber estado empalada en su picha hasta la muerte pero como una sombra en la noche me llegaron los remordimientos y un espíritu mojigato se apoderó de mí. Nos vestimos y entre miedos comunes pasamos un rato hablando recatadamente hasta que nos fuimos cada uno a sus aposentos. Las fiestas pasaron y ahora espero la llegada del verano siguiente. Cuantas ...