1. Mi suegro me hizo su esclava (IV)


    Fecha: 06/01/2018, Categorías: Dominación Incesto Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... De repente, mientras yo trabajaba, empezó a hablar: “¿Sabes puta? He tenido miles de viejas, todas muy sabrosas y cachondas, de todas razas y nacionalidades, de diversas estaturas y color de ojos; pero hasta ahorita, tu eres la que se las lleva a todas; estás extremadamente deliciosa y tu culo apretado es el mejor que he probado hasta el momento; ninguno se le iguala, ni el de mi vieja cuando era virgen era como el tuyo; creo que ni el de Valeria estaba tan apretado”. No supe si sentirme halagada o humillada por sus comentarios, aun me dolía el culo de la tremenda cogida que me acababa de dar; pero de nuevo me llamó la atención la referencia que hizo hacia Valeria; ¿se estaría refiriendo a su hija?, supuse que sí, pues no había otra Valeria que ambos conociéramos y me lo dijo como hablando de alguien muy familiar. Mi suegro continuaba hablando: “por eso estoy convencido que me voy a quedar contigo hasta que estás vieja y fofa; pero no te preocupes, si eres buena tendrás lo suficiente para vivir holgadamente, de mi cuenta corre. Bueno puta, me voy a recostar un rato; lavas los trastes y descansa un rato que tenemos mucho que hacer hoy; no te cambies el bikini; así quiero que estés todo el día; ¿me entendiste?”. “Si señor”, respondí sin ganas. Hice todo lo que él me dijo y luego llorando me bañé, pues me sentía muy sucia y asqueada; luego me fui a mi recámara; me acosté y me puse a pensar en todo lo que me estaba pasando; no sabía que hacer; ya no quería seguir siendo acosada ...
    ... y humillada por mi suegro, eso me hacía pensar en escapar de ahí o tal vez denunciarlo para que no volviera a hacerle lo mismo a otra chica; pero al mismo tiempo el miedo a lo que él pudiera hacer con la grabación, a su poder y las veces que me había hecho gozar como loca me detenían y me hacían pensar que tal vez tenía que resignarme a vivir de esa manera. Encendí el televisor para distraerme, estuve un buen rato cambiando canales, nada me quitaba de la mente el problema que tenía. En eso sonó el teléfono de la casa; contesté y me alegré al oír la voz de José, mi novio: - Hola - Hola ¿cómo estás? - Bien ¿y tú? - Bien también, pero es que llamé a tu trabajo y me dijeron que te reportaste enferma y me preocupé - Eeehhh, si (en este momento cruzó por mi cabeza decirle toda la verdad de las porquerías que me hacía su padre, pero no me atreví); es que… estaba mal del estómago, pero ya estoy mejor, no te preocupes. - Ah bueno, ¿estás sola? - Este… sí… si estoy sola - Ah ok, cuídate mucho mi reina, sabes que te amo y te extraño y me preocupé mucho cuando me dijeron que estabas enferma, ¿por qué no contestó la sirvienta? - Pues… es que… la mandé a la farmacia - Ah que bien, ¿y mi Papá no sabes dónde está? Porque en la oficina me dicen que no fue. - No, pues no sé, se salió temprano (cada vez me era más difícil sostener la mentira) - Bueno, le llamaré a su celular. Me tengo que ir, pero estaré pensando en ti. - Y yo en ti amor, pórtate bien, no hagas nada malo ¿eh? - ¡Claro que no!, ...
«12...678...»