1. El encuentro con Mariano


    Fecha: 08/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Historias, Fuente: CuentoRelatos

    ... miradas se dirigían a hacia mí, logre observarme en el reflejo de la ventana de un coche que estaba en la calle y me contemple a mí misma como a una autentica zorra y prostituta. Creo que si la violación fuese legal me habrían violado ahí mismo, pues los hombres que deambulaban por aquel lejano parque no dejaban de morbosearme, una nalgada me desconcentro de las miradas volteé he inmediatamente Mariano me volvió a nalguear y me dijo “¿estas lista puta?”. “Lo estoy” confesé, entramos lentamente al motel y fuimos a la recepción, “¿ve a esta pendeja al lado de mi? Pues es mi puta y quiero una habitación”, ordeno Mariano. El señor que era el encargado parecía hipnotizado y le dio la llave, dijo llamarse Esteban, un señor de unos 45 años aproximadamente delgado y con cabello corto. “Sabes Esteban quiero que mires algo” dijo Mariano, de inmediato me levanto el vestido me puso de espaldas y le enseño… Mariano -Que opina usted? Esteban -Es una perra deliciosa. Mariano -Pues la muy puta está casada pero desea que otros le rompan sus partes. Acaricie sus nalgas y dígame que opina. Esteban -Esta riquísima felicidades señor. Me llevo por las escaleras mientras me nalgueaba y al llegar a la habitación, la cerro de un portón me levanto el vestido, introdujo uno de sus dedos en mi ano y me hizo chupar su dedo, me dijo, “hoy serás mi puta en turno”, yo estaba tan deseosa que sin darme cuenta ya era parte de su juego, respondí “si Mariano soy tu puta en turno, cógeme como tu desees”. Comenzó ...
    ... a chupar mi ano de una manera voraz mientras de una, arranco mi tanga y el tiro al suelo, comenzó a introducir sus dedos en mí ya mojada vagina y me quito el vestido. Después de un rato se acostó y me pidió darle unas mamadas mientras me azotaba su firme, oscuro y curvo pene en mis suavecitas mejillas, lo introdujo sin compasión alguna me cerro las fosas nasales con sus dedos y me hizo tragar hasta el fondo, mientras me decía, “eres una puta, que no ves que solo a las pendejas tratan así?”, eso me volvía loca, me desenfrenaba. Unos segundos después mis ojos comenzaron a lagrimear debido al esfuerzo producido por mi garganta y por su maltrato. Me dijo “quiero que digas que tienes esposo y que es un pendejo, que solo yo te lleno”. Yo se lo decía constantemente, me acostó en la cama y de una me lo penetro en mi vagina mientras mis senos se movían y revoloteaban por el movimiento de fricción que la cama producía por la fuerza de mis muslos chocando con su cuerpo, después de bastante tiempo y exhibirme a través de su abuso verbal constante, abrió mi boca y se corrió dentro de ella, el penúltimo favor según él sería que me los tragara, y accedí, después de un pequeño tiempo me penetro de nuevo, se corrió en mis nalgas y yo podía ver como el semen bajaba de manera lenta por mis piernas, él sonrió se acercó al suelo tomo mi vestido y lo arrojo por la ventana y me digo el ultimo favor es pues, como eres una puta baja por tu ropa, que está en el estacionamiento. Baje por las escaleras ...