1. El Técnico


    Fecha: 10/01/2018, Categorías: BDSM Gays Sexo Duro Autor: AmoSevero2007, Fuente: xHamster

    Estaba en el segundo café de la mañana, cuando sonó el teléfono: • Hola. Es usted D.Tal • Si, dígame. • Verá soy el técnico que tiene que instalarle la fibra óptica que ha contratado. ¿Le vendría bien este viernes a las 17 horas? • Hombre, sino puede ser antes… • De no ir el viernes, pasaríamos al lunes, los sábados y domingos no trabajamos, sabe usted. • Vale, vale… pues el viernes a las 17 horas. • Confírmeme la dirección, ¿le importa? • Si, C/ Callejón, 3 – 2º C • Muy bien, gracias el viernes nos vemos. Ya me ha jodido la siesta – pensé. Todo sea por tener una banda más ancha. La verdad es que se habían dado cierta prisa, no iban a tardar ni una semana desde que la contraté y eso era raro, claro que por lo que iba a pagar debían portarse. Al viernes siguiente me apresuré en llegar a casa, quería que cuando llegase el técnico, la casa y en concreto la cocina, estuviera recogida y más o menos presentable Diez minutos antes de la hora acordada, me senté en el sofá a fumarme un cigarrillo y a esperar al técnico, cuando sonó el interfono. Sabiendo que podía ser el técnico abrí sin más, sin preocuparme en preguntar. Al poco sonó el timbre; abrí la puerta y… Casi se me nubla la vista. Un tipo, de unos cuarentaYsuficientes años, más o menos de mi estatura, gordo rollizo, con una tripa enorme que le desbordaba el cinturón, con pantalones de trabajo empolvados y para rematar una raída camiseta totalmente sudada. • Hola, soy el técnico de la fibra óptica – se presentó – aquí tiene ...
    ... la orden de instalación. • Bien – dije mirando con desgana la hoja que me enseñaba y repasando su extraordinaria anatomía – pase. Entró acarreando una pequeña escalera, un par de cajas de herramientas y algunos rollos de cables. A partir de ahí el consabido interrogatorio sobre “donde está la caja de registro”, “por donde van los cables”, “tiene usted la llave del cuarto de contadores de la comunidad”, “donde tiene que ir el router”. Y las consabidas respuestas automáticas, “aquí”, “allí”, “si”, “en esa habitación”; mientras estudiaba su anatomía que a mí se me antojaba de lo más extraordinaria. En menos de dos minutos ya había localizado todo y sabía todo lo que tenía que saber, Se puso manos a la obra. Por mi parte me fui al despacho y me conecté a mi blog, tenía que retocar unas cosas y subir algunos post, le oía trajinar, remover el sofá en el salón, entrar y salir al descansillo. Me estaba costando centrarme en lo que hacía en mi ordenador, máxime cuando mi mente no olvidaba el espécimen que “revoloteaba” por toda la casa. Me decidí a ayudarle. Estaba en el descansillo. • Oiga, ¿puedo echarle una mano? • No hace falta – la imagen era de lo más seductora, subido en la escalera, con los brazos en altos, dejando ver buena parte de la barriga y los pantalones algo caído, enseñando el elástico de los calzoncillos – pero si puede, mire a ver si asoma este cable rojo por la caja del salón. • No, no se ve ningún cable rojo – dije una vez que lo comprobé en el salón. • ¿Me podría ...
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