1. Soy la puta de mi ahijado (III)


    Fecha: 13/01/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: amadecasamari, Fuente: CuentoRelatos

    ... horas desde que te marchaste ayer. Te podías haber quedado a comer, pues luego mi marido no vino, me dio una rabia que te hubieras ido, con lo bien que estábamos.” Entonces mi ahijado con su mano fue deslizándola por todo mi brazo, pasándola luego a mi espalda para llegar con ella acariciándome la parte baja de la misma , ya ceca de mi cintura. Yo volví mi cara hacía él y nos miramos ambos a nuestros ojos con mucha intensidad y lujuria. Yo continuaba acariciándole su pecho y de vez en cuando su cara y en estos movimientos mis tetas le iban rozando por encima de todo su cuerpo haciendo que él cada vez se fuera excitando más. Al estar tan cercas nuestros alientos se mezclaban llegándonos a cada uno el aire caliente de los mismos. Nuestras ganas de uno por el otro hicieron que nuestras bocas se fueran acercando una a la otra hasta que al final nuestros labios se unieron en principio muy suavemente para acabar besándonos. Yo quise hacerle sufrir un poco y no abría mi boca, pero Raúl insistía hasta que al final consiguió hacerme abrir mi boca (cosa que estaba deseando) y metiendo su lengua dentro de mi boca consiguió enrollarla con la mía fundiéndonos en un apasionado beso proporcionado por la pasión morbosa del momento. Cuando deshicimos nuestro beso el no pudo por menos que decirme: “Te quiero Maribel, y te he querido siempre” Yo como una colegiala enamorada le digo: “Y yo a ti, mi niño” Entonces él comenzó a besarme el cuello al tiempo que llevando su mano a mi espalda, me ...
    ... desabrocho el broche de mi sujetador, cogiendo esta prenda con una de sus manos y colocándola encima del sofá, saltando mis grandes cantaros al exterior, bamboleándose arriba y abajo y a los lados por el movimiento realizado al sacarlos de la prenda que acababa de quitarme. Él siguió bajando su cabeza hasta mis tetas, las cuales agarro con fuerza metiendo su cabeza entre ellas, yo creía estar en un sueño y sería ridículo negar que estuviera disfrutando con lo que aquel muchacho de 18 años estaba haciendo conmigo. Siguió bajando su cabeza hasta llegar al tanga con la intención de bajármele y quitármele. Pero yo le agarre su mano haciéndole soltar el fino hilo de la nueva prenda e impidiéndole de esta forma que lo hiciera. Quería estar un poco más con esa prenda puesta para hacer que sus ganas por mi y su calentura aumentaran si eso aún era posible. Trato de bajármelas pero yo agarre ambos lados y saque fuerzas para pedirle que parara. Mi ahijado me miró y con una media sonrisa y con cara de ruego me dijo: “Te deseo, Maribel, te deseo tanto, eres la mujer que más deseo, por favor déjame continuar… “ No sé qué me paso que al oírle decir esto, solté su mano y le deje que siguiera. Era la primera vez de las muchas que luego vendrían que me dejaba convencer y sucumbía a lo que aquel niño, me pidiera y dejar hacerle todos sus caprichos y antojos. Raúl me bajó el tanga de un solo tirón y lo dejó caer al suelo. Luego llevo su mano a mi almejita y pasándola por encima de mis labios ...
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