1. Anita y la invasión de albañiles


    Fecha: 16/01/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ana y la invasión de albañilesMi dulce Víctor había contratado a esos albañiles por el fin de semana; iban a pintar varias habitaciones de la casa y tratarían de hacerlo rápidamente para no alterar tanto nuestra vida cotidiana.Lo malo es que mi marido había tenido que hacer un viaje urgente y me dejaba sola para enfrentar semejante jaleo en casa.La solución que me propuso era sencilla: que le pidiera alojamiento a mi amiga Helena, que también iba a quedarse sola en estos dos días.El sábado a media mañana todavía no había decidido qué hacer. Llegué a casa con un calor insoportable, dispuesta a darme una buena ducha refrescante.En el pasillo, camino de nuestra habitación, me crucé con uno de los pintores que iba cargando baldes y por más que lo intentamos no pudimos evitar rozarnos levemente. Sentí mis pezones endurecerse bajo mi camiseta de algodón. El hombre también notó mi calentura…Después de un par de disculpas seguí hasta mi habitación, cruzándome todavía con los otros dos restantes albañiles.Mientras me quitaba las sandalias, empecé a sentirme extraña; estaba sola en casa con tres desconocidos sudorosos, que se movían por allí con toda libertad, realmente invadiendo mi intimidad. Una sensación desconocida me inundó: no era miedo, sino algo parecido a excitación, ya que me sentía algo insegura, rodeada por los tres tipos; pero al mismo tiempo, estaba muy caliente…Sentía mi camiseta pegada al cuerpo, marcando perfectamente mis pezones endurecidos. Me dirigí al baño a ...
    ... preparar mi ducha. En el camino volví a cruzarme con el primer hombre, llamado Miguel, que me miró a los ojos con descaro y aún con más descaro se fijó en mis tetas turgentes. Yo le devolví la mirada desafiante, admirando su fuerte torso sudoroso. Cuando pasó junto a mí, no pude evitar oler su cuerpo transpirado, lo cual me hizo humedecer al instante…Entré al baño y cerré la puerta, sintiendo que estaba muy excitada. Me toqué mis labios vaginales y pude sentir la humedad entre ellos.Recordé que la pequeña ventana del baño daba a la terraza, donde ahora podía ver a dos de los hombres preparando materiales para trabajar. Ya estaba completamente desnuda cuando me acerqué para cerrar esa ventana, pero entonces la cara de Miguel ocupó todo el espacio mirándome desde afuera. Tenía en su cara una mirada torva, pero también de lascivia, lo cual terminó de excitarme.Mi primera reacción fue cubrir mi cuerpo con ambas manos, pero repentinamente me alejé de la ventana, girando y dejando mi espalda a la vista del albañil. Me incliné a recoger mi ropa interior del piso, ofreciéndole todavía una mejor vista de mi culo y mi vulva ahora bien abierta y húmeda.Entré a la bañera para abrir la ducha, mirando de reojo que ahora los tres hombres me espiaban por el pequeño espacio abierto. La mampara de vidrio seguramente difuminaba las curvas de mi cuerpo, pero de todas maneras, hice varios movimientos casi sicalípticos mientras me enjabonaba y acariciaba a mí misma.La ducha fresca fue una bendición, ya ...
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