1. Una tía


    Fecha: 20/01/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Claramum, Fuente: SexoSinTabues

    ... comenté con sinceridad mientras trataba de adivinar su estrategia a donde conducía De repente se arrojó al piso y me dijo “podrías utilizar mi espalda” Me tomó por sorpresa su oferta y solo atiné a decir “Estas seguro? No será mucho peso?” -“En absoluto. Yo soy muy fuerte. Proba, si me duele te aviso.” “Bueno, no quiero lastimarte” le dije casi preocupada realmente por su madre y apoyé uno de mis pies sobre su espalda y a los pocos segundos logré pararme haciendo equilibrio y empecé a caminar lentamente hasta su cintura cuando llegó ahí le pregunté “estás bien?” Supuse que ahí iba a rendirse y a confesar que lo estaba matando con mi peso, pero no fue así -“Perfectamente, pero decime si son cómodos? No te duele al caminar? - En absoluto pero dejame que pruebe un poco más” le dije y volví a caminar hasta sus hombros y retomé cada vez con mayor seguridad. Cuando me quedaba quieta sentía como se hundían mis tacos en su espalda. Caminé cerca de 5 minutos. Probando las puntas o hundiendo los tacos para provocar en él alguna reacción. Pero todo era inútil. Y finalmente le dije “creo que están bien. Me gustan y son cómodos. Voy a bajar” Al decir esto veo que coloca su dos manos con las palmas para arriba para que me bajara , supongo que para no ensuciar la suelas, así lo hice. Luego giré sobre ellas como pude y me senté. -Poneme los otros zapatos por favor “ le dije. Se volvió a arrodillar, me quite los zapatos nuevos y mientras buscaba los viejos le preguntó “Y vos como los ...
    ... sentistes en tu espalda, no te dolió ni un poquito? Pregunté con cierta malicia “No, son muy suaves, deben ser muy cómodos” respondió. “Y estos que traías puesto ¿Qué tal son, cómodos? Agregó. ¿Querés probarlos? Le pregunté mientras le sonreía irónicamente. Claro que me gustaría. Pero mientras charlamos sentimos el timbre, era mi hermana que volvía y solía salir sin las llaves. Ya me había calzado los zapatos viejos, entonces me cruzó de piernas, levanté una de ellas, y le apoyé la suela en la boca tapándosela y le dije “no digas nada y yo arreglo para que vengas a casa a probarlos. “Te parece bien?” Respondió moviendo su cabeza afirmativamente. “Entonces quedamos así, ahora dame un beso y anda abrir la puerta rápido que debe ser tu mamá”. Antes de incorporarse me besó el lateral del zapato; no pude evitar reírme; no dejaba de sorprenderme. Luego fue corriendo abrir la puerta. Efectivamente era mi hermana que se puso muy contenta de verme. Charlamos toda la tarde y al despedirme le dije que mandara a su hijo para su casa que iba a invitar a mis hijas (sus primas) que nunca se veían. Así quedamos. A los pocos días vino mi sobrino a casa a almorzar. Cuando estábamos en la cocina charlando llegó una de mis hijas (mayor que mi sobrino). Siempre tuvieron una relación hermosa, para mis hijas él es casi un sobrino por la diferencia de edad. El chico le contó un poco del colegio y mi hija hizo mención a que se había convertido en todo un hombre y que le había contado lo fuerte que era. Mi ...
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