1. Estreno anal de mi amiga Esmeralda, de 16 años


    Fecha: 20/01/2018, Categorías: Hetero Autor: EsteMex, Fuente: SexoSinTabues

    Cómo llegué a cumplir una de mis mayores fantasías sexuales durante mi adolescencia Mi nombre es Esteban, soy de México y actualmente tengo 24 años. Leyendo relatos en esta página me animé a contar algunas de las experiencias sexuales que he tenido desde que perdí la virginidad a los 14, probablemente publique varias pero por ahora voy a contarles esta, de cuando tenía 16 años. En ese entonces estaba en segundo año de preparatoria. Yo nunca fui uno de esos tipos guapos que tienen a todas las chicas a sus pies, pero considero que feo no era. Era (y soy) alto, de complexión media, con cabello café corto. Siempre he procurado mantenerme aseado y con un corte de cabello y vestimenta presentables, nada extravagante, para verme normal y varonil. Eso me ayudaba mucho con mi imagen y por ello llegué a lograr meterme entre las piernas de más de una jovencita (hasta la fecha) de muy buen calibre. De la que les voy a hablar hoy se llamaba Esmeralda, casi todos le decían Esme. Yo a ella la conocía desde la secundaria, pero nunca estuvimos en los mismos grupos y no llegamos a tener más que algún rarísimo intercambio de palabras una o dos veces por estar por casualidad en una conversación grupal entre conocidos y amigos que teníamos en común. Ella honestamente no era particularmente bonita; tenía labios gruesos, facciones suaves, ojos y cabello color café oscuro y piel oscura también. Se veía linda cuando se arreglaba para alguna fiesta, pero su atractivo no llegaba más allá. Era ...
    ... chaparrita, de un poco menos de 1.60m (yo ya rondaba 1.80m en aquellos días, así que ella era muy pequeña en comparación), con el cabello siempre suelto o recogido en una cola de caballo, muy delgadita y con un pecho más bien plano (como a mi me gustan, aunque la mayoría prefiera los pechos grandes). Pero su punto fuerte se encontraba de su cintura hacia abajo. Empezaba con la cintura misma, estrecha como si fuera de avispa. Con esto coronaba su atributo principal: un culo de ensueño, bien redondo y paradito, un par de grandes nalgas que parecían más grandes aún por el contraste que su figura delgada ofrecía. Lo sostenía con un par de piernas morenas bien torneadas, sin un gramo de grasa, producto de sus ensayos y prácticas en el club de porristas. Todos en la secundaria estábamos muy familiarizados con el culazo de campeonato que se cargaba; todo el mundo la veía menearlo para allá y para acá cuando caminaba, y la cosa empeoró ya en la preparatoria. Esme parecía ponerse más buena a diario; creció algunos centímetros de estatura, su cintura se definía cada vez más, su culo se hizo más prominente, aunque siempre perfectamente balanceado con el resto de su cuerpo: era grande, pero para nada gordo. La falda del uniforme se lo apretaba de un modo delicioso y se podía distinguir a través de la tela su short o ropa interior, dependiendo de lo que llevara debajo. Más de uno intentaba pasarse de listo y meterle mano o soltarle una nalgada, pero ella los mantenía a raya a todos, a cachetadas y ...
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