1. De Andrés a Andrea: Historia de mi feminización (II)


    Fecha: 06/02/2018, Categorías: Dominación Autor: andresa, Fuente: RelatosEróticos

    ... “No te preocupes, Andrea, será Amazon con un paquete que he pedido para ti”. Contestó y abrió al mensajero. Al cabo de minuto llamaron a la puerta. Ella salió a abrir y volvió enseguida. “Es tu regalo, Andrea, voy a desenvolverlo”. A los pocos segundos noté que me cogía la cabeza y me metía la polla en la boca. Pero esta polla no era de plástico, era de verdad. Me agarró del pelo, y comenzó a metérmela y sacármela hasta el fondo de mi garganta hasta casi vomitar. “¿Te gusta tu regalo, Andrea, verdad?”. La polla se había vuelto enorme, yo no podía casi ni respirar y me atragantaba pero el tipo, fuese quien fuese, seguía sin hacer caso de mis gestos ni de nada. “Andrea, cariño, no se te ocurra morder, eh? Disfrútala y aprende a chuparla bien.” El tipo interrumpió sus movimientos y Carla comenzó a dirigirme: “Chúpala enterita por fuera, poco a poco, relamiéndola con la lengua y los labios, y chupa los huevos también. Yo te la sujeto y tú chupa. Introdúcetela poco a poco en la boca y deja que te crezca en ella, siente como te llena.” Aquello me empezó a crecer dentro, yo lamia con precaución primero pero poco a poco me olvidé y disfruté como un salvaje, o como una puta. Llevaba un condón puesto así que no tenía ningún miedo de que ...
    ... se corriese en mi boca. Carla comenzó a meterme el plug en el ano mientras chupaba yme corrí como nunca. Carla paró. “Ya está bien por hoy, te has portado, putita”. El tipo aquel se fue, ella me quitó la venda, me desató y fui a asearme. “Para la próxima vez quiero que vengas con la misma ropa que hoy, pero comprarás una camisa o blusa más femenina que esa, tu verás, pero no quiero verte disimulando con ropa poco femenina y sigue con tu entrenamiento. Cómprate un plug como este y utilízalo durante horas, diariamente y envíame fotos. El día que vengas tendrás que traerlo puesto. Cómprate también un par de tetas con arnés de 1000 gramos en esta tienda, Fetixe, y las traes puestas. Ah, y quiero que comiences a depilarte el cuerpo entero. No me importa lo que tengas que hacer, ni mentir, pero lo vas a hacer sí o sí. Dile a tu mujer que es para ir al gimnasio o lo que te parezca, pero hazlo, putita” Ni siquiera protesté, pues sabía que no serviría de nada. Me sugirió que en estas ocasiones preferiría vendarme los ojos para evitar que me reconociese alguien. Estuve de acuerdo, claro, era una garantía mayor. Aun así me dijo que cuando creyese llegado el momento, cuando me hubiese convertido en su putita, ella misma me quitaría la venda. 
«123»